«Madre y yo somos uno en dos cuerpos»
Sri Aurobindo
La Humanidad ha estado guiada espiritualmente por muchos maestros, siendo un importante número mujeres gurú. En muchas de ellas se ve la influencia de la Filosofía Yoga, de los Vedas, del Sanatan Dharma y de la India. El espíritu no tiene nacionalidad, la maestría no tiene fronteras, muchas mujeres que dedicaron su vida al Yoga y a las enseñanzas espirituales, no nacieron en la India, pero, vivieron bajo la influencia de estos principios.
En la India, a las mujeres gurú se les ha dado un especial lugar desde épocas antiguas, han sido respetadas en los Vedas, en los Upanishad y en el Tantra Yoga.
Entre las Maestras reconocidas como Gurú se destaca en el siglo XX y XXI, La Madre- Mirra Alfassa, siempre recordada por ser la contraparte femenina y espiritual de Sri Aurobindo,. Creadora (junto con el reconocido maestro) de la visión futurista y utópica de Auroville (1968). Maestras Occidentales que encontraron a sus maestros en la India: Mataji Indra Devi, llamada también Indra Devi, que hiciera popular el Yoga en varios países, incluidos China, Rusia, Estados Unidos y Argentina; otra maestra occidental es Gangaji, discípula de los maestros Ramana Maharshi y Papaji.
“En su adolescencia experimentó unas vivencias
espirituales donde se le presentaban varios maestros,
uno de ellos era el propio Sri Aurobindo, a quién conocería
mucho después y que ella creía que era el señor Krishna”
Sobre La Madre-Mirra Alfassa, conocemos a través de lo que nos han legado sus discípulos directos, y su hermoso libro Plegarias y Meditaciones, un diario espiritual que se publicó en forma de libro, ella se convirtió en la compañera espiritual de Sri Aurobindo, nació en París en 1878, falleció en Pondicherry-India en 1973, de padre turco y madre egipcia, pese a nacer en el seno de una familia pragmática y atea, que negaban la vida espiritual, desde muy temprana edad ella vivió profundas experiencias espirituales y una rica vida interior. En su adolescencia experimentó unas vivencias espirituales donde se le presentaban varios maestros, uno de ellos era el propio Sri Aurobindo, a quién conocería mucho después y que ella creía que era el señor Krishna.
La Madre conoció por primera vez (en persona) a Sri Aurobindo el 29 de marzo de 1914 en Pondicherry, ella se queda por un año en la India, luego va a Japón donde conoce el Zen y da a conocer sobre Sri Aurobindo y sobre la Nueva Era a varias mujeres japonesas. Es allí donde toma conciencia de la importancia del trabajo interior y de la necesidad de regresar a la India, donde regresa en 1920 a Pondicherry y restablece su relación directa con el Maestro Sri Aurobindo, quien indica a sus discípulos que él y la Madre son una misma consciencia. Ella se hace cargo del Ashram de Sri Aurobindo. Allí dará clases y charlas sobre yoga integral, meditaciones y los principios de vida del maestro. Fallece a los 95 años en 1973, habiendo vivido la experiencia del samadhi, dejando valiosas enseñanzas a la humanidad.
“La Madre había concebido la idea de
que debiera existir un lugar donde los empeñados
en encontrar a Dios pudieran dedicarse
completamente a la vida espiritual sin
preocupaciones materiales ni problemas”
Uno de los biógrafos de La Madre nos dice que:
“El Ashram fue formado con el objetivo de proporcionar un marco adecuado para la práctica de la sâdhanâ, la disciplina espiritual de los buscadores. Incluso en sus años jóvenes la Madre había concebido la idea de que debiera existir un lugar donde los empeñados en encontrar a Dios pudieran dedicarse completamente a la vida espiritual sin preocupaciones materiales ni problemas. Tal lugar se estaba configurando en este momento, y la Madre supervisaba su desarrollo en todos sus detalles, mientras que Sri Aurobindo abría un camino hacia la Supermente que, eventualmente, debía ser alcanzado interiormente por todos los sadhakas.”[1]
En Occidente, encontramos la importante presencia de quién popularizaría en algunos lugares y países el Yoga, se trata de Mataji Indra Devi, nacida en 1899 en la Letonia actual, de padre sueco y cuya madre pertenecía a la nobleza rusa, fallece en el 2002, de casi 103 años, su nombre de nacimiento es: Eugenia Vassilievna Peterson.
Indra Devi se educó con el Gurú Sri Tirumalai Krishnamacharya, después de que un Maharash obligó al gurú aceptar por primera vez a una mujer en su Ashram.[2] Su longevidad, se debía a su práctica constante del yoga, su vida la dedicó a su enseñanza y también del Hatha Yoga. Vivó un cambio hacia lo espiritual y hacia el Yoga, tras una charla en 1926 que escuchara en Holanda de Krishnamurti, lo que le llevaría a interesarse en la India donde viajó en 1927. Fue una discípula temprana de Sri Tirumalai Krishnamacharya, llegando a ser ella misma una maestra renombrada de yoga. Se convirtió en la primera occidental que enseñó esta disciplina en ese país. También actuó en algunas películas indias.[3] Se estableció finalmente en Buenos Aires Argentina, estuvo muy ligada con la expansión del Yoga en Occidente. En 1987, en Uruguay, fue nombrada presidenta honorífica de la Federación Internacional de Profesores e Instructores de Yoga (hoy Federación Internacional de Yoga) y de la Confederación y Unión Latinoamericana de Federaciones Nacionales de Yoga. Escribió sobre Yoga en varios libros, siendo muy conocida la obra Yoga para todos.[4]
“Quiero la libertad, “quiero ser libre de todos
mis enredos y errores conceptuales, quiero saber
si la verdad final y absoluta es real”
En el mundo occidental, reconocida por sus charlas, libros y conferencias, destaca Gangaji, norteamericana, cuyo nombre original era Merie Antoinette (Toni) Robertson, nació en Texas en 1942, pasando su infancia y parte de su juventud en el estado de Mississippi (EE. UU.). discípula de Papaji- H. W. Poonja, discípulo a su vez de Ramana Maharshi, quien ha dedicado su vida a la práctica del Yoga y la filosofía Advaita Vedanta. Ella nos cuenta que:
“A los seis meses de empezar a rezar pidiendo un verdadero maestro, a través de una milagrosa serie de circunstancias me encontré en India, cara a cara con H. W. Poonja (Papaji). Él me acogió de la manera más extraordinaria.”[5]
Gangaji, en esta misma cita relata también que Papaji, no comprobó sus credenciales, ni revisó su Karma ni méritos, solamente le preguntó: ¿Dime qué quieres? Y le respondí: Quiero la libertad, “quiero ser libre de todos mis enredos y errores conceptuales, quiero saber si la verdad final y absoluta es real. Dime qué tengo que hacer. – ¡Estás en el lugar adecuado! – respondió, y después añadió: –No hagas nada. Tu principal problema es que no paras de hacer. Abandona todo hacer. Detén todas tus creencias, toda tu búsqueda, todas tus excusas, y ve por ti misma lo que ya está ahí y siempre ha estado ahí. No te muevas. No te muevas hacia nada, ni te alejes de nada. En este instante, aquiétate.” El estado de la no mente fue muy importante para ella, lo que le llevó a la búsqueda del Ser.[6] Su atención se centró en su interior. La verdadera felicidad dice Gangaji, requiere de soltarlo todo.
Las enseñanzas del yoga integral, de la vida en armonía de la Madre- Mirra Alfassa, de la práctica de Yoga para la vida de Indra Devi y la búsqueda de la verdadera felicidad, que propone el Advaita Vedanta, el dejar el Yo y el Ego y la total entrega de Gangaji, deberían llevarnos a la reflexión sobre el ejemplo de estas tres mujeres gurú de los tiempos modernos, de su tesón y dedicación.
FUENTES CONSULTADAS 1 Vilfried. (1986). La Madre una Biografía Breve. Pondicherry: Sri Aurobindo Society,https://es.scribd.com/document/366748792/vilfried-biografia-breve-de-la-madre-pdf 2 Ananda Mandira. Maestros espirituales.Maestros espirituales3 https://mujeresquehacenlahistoria.blogspot.com/2010/10/siglo-xx-indra-devi.html 4 https://www.alibri.es › libro › yoga-para-todos 5 http://datelobueno.com/la-historia-del-despertar-de-gangaji/[6] Gaganji, Tú eres Eso. La búsqueda de la iluminación. http://datelobueno.com/wp-content/uploads/2014/05/La-b%C3%BAsqueda-de-la-iluminaci%C3%B3n.pdf
