El Universo de Vishnu es un texto desarrollado por el Museo Nacional de Arte Oriental. Si hay vida, hay principios que la sostienen: los dioses. La energía o Shakti que la pone en marcha son las diosas. El universo es considerado como el encuentro amoroso del dios y la diosa. De esa manera este breve contenido relata que Visnu simboliza la fuerza luminosa de cohesión, uno de los dioses del panteón hindú, miembro de la sagrada trinidad (trimurti) del hinduismo junto con Brahma y Shiva. Vishnu es el preservador y guardián de los hombres, protege el orden de las cosas y aparece en la tierra para mantener la armonía cósmica con todas sus armas de Luz descritas también en este extracto.
UN DIOS, TRES FORMAS, INFINITOS ROSTROS
En el hinduismo, todo en la vida forma parte de un gran sistema sagrado y los dioses personifican las fuerzas que lo guían. Las formas o principales aspectos de la divinidad son tres (de acuerdo al Padma Purana) y se los denomina trimurti. Reflejan las tres operaciones básicas del vivir: generación o nacimiento; conservación o existencia y transformación o muerte. Se trata de los dioses Brahmá, Visnu y Shiva y sus respectivas consortes, Saráswati, Laxmi y Párvati. Si hay vida, hay principios que la sostienen: los dioses. La energía o shakti que la pone en marcha y la hace posible son las diosas. El universo es considerado como el encuentro amoroso del dios y la diosa.
Para poder desarrollar su arte, el artista vive inmerso en el mundo de la mítica tradicional hindú. Toda vida transcurre en el tiempo y en el espacio, con sus historias y sus cosas. Por eso, los mitos se constituyen como relatos que transmiten significados relevantes para la historia humana en todo tiempo. Los símbolos, por su parte, como elementos espaciales que buscan hacer visible lo invisible. Mitos y símbolos son centrales en el lenguaje del artista. A los dioses se los reconoce por los atributos y joyas que portan, los gestos que realizan, los colores de sus vestimentas, las posiciones en las que están ubicados, los eventos que tienen lugar y por los animales que los acompañan.
Las historias tradicionales de dioses y héroes son fuente central para el arte clásico de India, porque lo son para la vida cotidiana de todo habitante.
VISNU, EL QUE TODO LO SOSTIENE
Dentro de la trinidad que representa los tres aspectos de la divinidad, Visnu (el que se propaga, el que todo lo penetra), simboliza la fuerza luminosa de cohesión, que da realidad a todo lo existente. Es el morador residente en todos los seres y el adorado por todas las religiones. Las formas que el artista sagrado muestra en la imagen o el bailarín en su cuerpo han de representar estos caracteres. Las imágenes más frecuentes lo muestran recostado o de pie.
Una de las metáforas con las que la mítica hindú trata de explicar el misterio de la creación es la de Visnu durmiendo sobre el océano primordial, a punto de traer al mundo a la existencia. De esta manera, el hinduismo entiende la creación como un producto del dios que sueña. La otra forma de representarlo es sthanaka, de pie, con diversos atributos que lo identifican y caracterizan. En el simbolismo antropomórfico, los dioses tienen al menos cuatro brazos, para dar a entender que se trata de una figura sobrehumana, pero que se reviste de gestos comprensibles para el adorador. Por otra parte, en la simbólica hindú el cuatro es símbolo de la perfección terrenal, y con ellos el dios rige sobre las cuatro direcciones del espacio, los cuatro órdenes y cuatro etapas de la vida en las cuatro edades del tiempo. Asimismo, las proporciones de la escultura indicarán con su altura que se trata de una figura de la trimurti.
Los atributos principales son siempre los que el dios tiene en sus manos. Partiendo de la mano derecha que está abajo y en sentido horario, son: EL LOTO, en la palma de la mano derecha inferior y presente también sosteniendo los pies de Visnu, símbolo de la realización espiritual, que el devoto ha de alcanzar creciendo sobre el fango de la vida mundana. LA MAZA, que porta en la mano derecha superior, símbolo del poder de la energía vital o prana con que Visnu sostiene la vida y todas las capacidades físicas y mentales del devoto. También representa el poder destructor del tiempo, pues si hay vida, hay nacimiento y muerte.
EL DISCO, en la mano izquierda superior, que con su giro permanente mantiene la vida en actividad. Símbolo además del conocimiento espiritual que el dios otorga, para cortar los lazos con los apegos y esclavitudes. Y LA CARACOLA en la mano izquierda inferior, origen de la creación que proviene de las aguas primordiales y que con su sonido, el OM, despierta la vida, llamando a la materia a la existencia y al alma a su realización. A pesar de estar envuelto en la incesante dinámica de la creación, el rostro de Visnu permanece sereno, buscando transmitir al devoto esa actitud imprescindible para no ahogarse en el océano de la dolorosa existencia, el samsara, y así alcanzar su destino espiritual. Coronan la imagen la aureola que rodea el rostro y el tocado piramidal, que guían al alma en su ascenso bajo el auspicioso canto de los músicos celestiales o gandharvas que vuelan a ambos lados de la cabeza.
CON USTEDES LAS DIOSAS
No hay dios sin diosa, pues no hay esencia sin existencia, sin poder que la manifieste. Los símbolos del arte hindú son un compendio de la vida en su totalidad. Por ello, de pie, a ambos lados de Visnu, aparecen: su esposa Lakshmi o Shri, diosa de la belleza y la prosperidad, a la derecha. Y a su izquierda Saráswati, diosa de la sabiduría y la música. En sus imágenes observamos el principio del tribhanga, a través del cual el escultor y el bailarín muestran el ritmo de la vida dando tres direcciones distintas a la parte alta, central y baja del cuerpo, como si formaran una ese.
Lakshmi, junto a Visnu, aparece solo con dos brazos, y en ambos porta un loto, su símbolo por excelencia. Ella es la diosa más venerada en los hogares hindúes, en los que se busca, a través de los rituales diarios, que se aloje y permanezca el mayor tiempo posible en la casa, ya que es conocida por estar siempre en movimiento y reacia a permanecer en un lugar. Lakshmi acompaña a Visnu en todos sus periódicos descensos a la tierra. Enfrente está Saráswati, diosa de la sabiduría y la música. En sus brazos lleva la vina, un instrumento de cuerdas. Es la consorte de Brahmá, el creador, quien valiéndose de vak, la palabra sagrada que Saráswati encarna, trae a la existencia a la multitud de seres.
Ella es invocada por todos los estudiantes en sus escuelas, por los sabios, que anhelan que viva en sus lenguas y por los artistas (especialmente los músicos), que buscan con su arte hacer presente a “la que fluye”, saras. Es extraño que ambas diosas aparezcan en una misma representación, ya que no es frecuente que en la vida coincidan la sabiduría y la prosperidad: muchas veces, las imaginamos como contradictorias. India representa una cultura de la unidad en medio de las diferencias y enseña que es posible conciliar los opuestos cuando el orden divino que regula la existencia, dharma, se ubica en el centro del vivir. Así Visnu, como señor del dharma, hace aquí de eje en medio de las diosas y, a través de ellas, conserva el equilibrio del universo humano: cuando Lakshmi y Saráswati llegan a la vida, ordenadas por el dharma, la prosperidad y la paz están aseguradas.
Leer más» https://mnao.cultura.gob.ar/media/uploads/site-29/exhibiciones/Visnu/el-universo-de-visnu.pdf
hermoso, gracias