Se cuenta que la vida celestial del planeta estaba en estado de agitación cuando Adán le pide a Eva que se aparte con él al Jardín del Edén. Adán estaba enterado de un proyecto para mejorar el mundo, sin embargo, ambos sucumben ante la tentación de sus deseos.
Veamos. Por una parte, Eva quiere conocer y experimentar los límites del árbol de la vida, del bien y del mal, y Adán la sigue por el temor a quedar solo en el mundo. Aparece Gabriel y emite el juicio: Adán y Eva, planetarios se los declara en contumacia. Han violado el pacto de su cargo de confianza en calidad de gobernantes de este mundo habitado. A su vez, se le comunicó que se habían degradado al estado de los mortales del reino y que se habían desviado de los designios Divinos.
De esa unión nacen Caín y Abel, fruto de las transgresiones de sus padres, símbolos una vez más de una dualidad perpetrada por ambos. Abel (el que estaba con Dios) y Caín (persona mala, que goza haciendo daño, fratricida).
¿Será esta nuestra herencia kármica como humanidad?
Es lo que como una espada de Damocles pende sobre nosotros a modo de sentencia. Aquí entramos en el juego del bien y del mal. Esta dinámica se vuelve muy sensible a la realidad de la mente que responde a ciertas fases de la realidad del mismo modo en que la materia y la energía responden a la gravedad. Estos discernimientos que pueden ser científicos, morales y espirituales son reacciones innatas a una mente cósmica, que dota a todas las criaturas volitivas.
La experiencia del vivir no deja nunca de desarrollar la autoconciencia del pensamiento reflexivo y por ende evolutivo, aunque son pocas las personas que se regocijan en cultivar una cualidad de pensamiento valiente. Nuestra mente-razón intuitivamente conoce su deber moral; sin embargo, la inteligencia por sí sola no puede explicar la naturaleza moral ni la virtud de este juego en cuestión, siendo estas intrínsecas a la naturaleza humana.
El hombre es capaz de ejercer discernimiento científico, moral y espiritual ante toda exploración o experimentación dado su libre albedrío, puede examinar un propósito, una meta y juzgar su importancia y su valor, así como también los fines, dado el grado de inteligencia, discriminación moral y discernimiento espiritual.
En la vida diaria del hombre mortal, la virtud la realiza como la elección uniforme del bien sobre el mal, y dicha capacidad de elección es prueba de la posesión de una naturaleza moral. No obstante, dicha elección del hombre entre el bien y el mal está influida, no solamente por la agudeza de su naturaleza moral (la moralidad nunca se puede promover ni por ley ni fuerza, es un asunto de libre albedrío), sino que también por la ignorancia, la inmadurez y la ilusión. Ejercicios proporcionales al autoengaño y a la distorsión.
Las acciones morales vendrían a ser aquellas realizaciones humanas que se caracterizan por la inteligencia más elevada, dirigida por una discriminación selectiva en la elección de fines superiores. Dicha conducta es virtuosa y la virtud, suprema, por tanto, es elegir de todo corazón hacer la voluntad del Padre en los cielos.
Desde el punto de vista de una inteligencia, el hombre aquí asciende al nivel de un ser moral cuando tiene conciencia de los valores espirituales, y como criatura volitiva, está por lo tanto equipada para discernir el hecho, la ley y el amor de Dios.
Por otra parte, tan solo el hombre puede reconocer lo que hace antes de hacerlo. Puede observar antes de saltar y por lo tanto aprender de la observación, así como de la acción de saltar. Aquí radica la diferencia con el animal, quien tiene que tropezarse con la misma piedra para acusar recibo del obstáculo a saltar, es decir, por las repetidas consecuciones de la experiencia, se limita al nivel motor de conducta, prueba y error.
Cuando el hombre no consigue discriminar los objetivos de sus luchas mortales, se encuentra funcionando en el nivel animal de la existencia.
Aquí podemos citar la sabia guía del avatar Krishna a su discípulo Arjuna quien le pregunta:
–Oh Krishna, ¿qué es lo que en el hombre incita al mal?
“La acumulación de sus deseos, cuya esencia se reúne para atacarlo.
Es la concupiscencia, hija de la naturaleza inferior. Como llama ahogada por el humo, como metal cubierto por la herrumbre, así ofusca la pasión al entendimiento del hombre, el enemigo infatigable que abrasa como fuego. Los sentidos y la mente son la morada del deseo que perturba el discernimiento. Tu primera tarea es la de expulsar de tu mente este abominable parásito. Primeramente, subyuga los sentidos y luego mata el deseo. Los sentidos son muy poderosos, pero más lo es la mente. Más poderosa que la mente es la voluntad, y más que la voluntad, el verdadero Ser. Así, sabiendo que el verdadero Ser, el Yo, es superior a todo, esfuérzate en gobernar tu yo personal mediante la virtualidad del Yo superior, a fin de gobernar el deseo. Aunque es difícil de vencer, puede gobernarlo el verdadero Ser. Si lo logras, será para siempre tu esclavo”.
Fuentes consultadas:
-Libro de Urantia.
– Bhagavad Guita.
Excelente querido amigo, el significado de lo que has expresado arriba es demasiado importante para ser pasado por alto.
Muy bueno el informe …abre mesa de charla …
La fina línea entre lo bueno y malo entre el ego y el Ser,a las vistas de los demás y a la vista de la Divinidad.
Buen dia.
Si la persona al saltar tan solo percibiera lo que conlleva ese salto huiria despavorida sin regresar a ver jamas.
Afortunadamente esta el Universo y el Ser. Que de buenas o de malas siempre llevan al ser humano hacia su desarollo sin importar que tan simple o pequeno sea el paso a dar o hacer.
La dualidad de la luz/obscuridad siempre esta presente. Pero mas alla de lo etico esta la conscuencia en la vida humana. De alli nuestra vacilacion de hacer lo que el camino alto o el bajo me proponen. Pero hasta el bebe esta consiente del bien y el mal.
Entonces viene la cancelacion de las frecuencias al optar/decidir en funcion de consecuencias que naturalmete vemos/sentimos que son parte de nuestra vida y del proceso en la realizacion de la vida de cada uno.
Pequena regla no hagas lo que no quieras que te pase.
Seria bueno hacer la lista de lo que quiero o no en mi vida.
Muy bueno. Me gustó bastante.