El ser humano posee una fortaleza interna innata a la cual no siempre accede. Generalmente no reconocemos esta cualidad en nosotros y recurrimos al estudio e identificación de las energías cósmicas con las que interactuamos en nuestras vidas. Estas fuerzas que se despliegan en nuestro ser encarnado, impulsan nuestra conciencia a entender la razón de ser de su presencia, el cómo nos afectan y cómo podemos utilizarlas para realizar nuestro Dharma. Para esto los seres que intuyen que la vida es mucho más que un accidente biológico, suelen recurrir a diversas ciencias transcendentales como lo son la Astrología, la Cábala, el I Ching etc, a fin de arrojar luces sobre el acontecer tanto interno como el externo.
En el juego cósmico en que participamos los seres encarnados en el plano material, actúan además entidades que se manifiestan desde los planos sutiles tanto supra humanos como infra humanos, seres angélicos y demoníacos, sobre los cuales la última regencia la tiene el Ser Absoluto desde donde emana la existencia, la conciencia y la dicha absoluta (Sat, Chit, Ananda).
El futuro del ser humano, despierto y dispuesto a experimentar su propósito en luz en estos tiempos convulsionados que arremeten contra el Amor, podría ser prometedor dada la fortaleza interna que puede activar a través de prácticas cuánticas de expansión de la conciencia. La meditación y el yoga en sus formas trascendentales así como el Kriya Yoga en particular, son recursos accesibles hoy día para quien quiera desarrollar su máximo potencial en Luz.
Ante estas posibilidades surge la pregunta ¿Hay fuelle para dar la batalla para restituir el Amor?
Aquí cabe preguntarse a que amor nos referimos, y que esta palabra ha sido enajenada tal vez como ninguna otra ya que se le utiliza como excusa para agredir, denigrar, etc, e incluso para asesinar en su nombre. El Amor al cual nos referimos no es el impulso, el sentimiento propiciado por el torrente de hormonas que estimulan la reproducción, tampoco es esa necesidad de llenar nuestro vació interior y disfrazar nuestras carencias egoicas utilizando al otro como un objeto para proyectarnos hacia afuera y evadir el compromiso de conocerse a sí mismo.
Nos referimos aquí, a esa fuerza que el poeta Dante Alligieri invoca en su Divina Comedia como “…el Amor que mueve el Sol y las otras estrellas”, la fuerza primigenia que emana de la fuente y da origen al universo en todas sus dimensiones. Aquello que los místicos perciben como la Luz más prístina y pura que pudiera percibir o concebir la conciencia humana.
Cuando se habla de restituir el Amor no debemos olvidar que el Amor es, ha sido y siempre será lo que Es. Así que cuando creemos que ha sido profanado o disminuido por nuestras acciones lo que realmente esta siendo afectado es nuestra propia conciencia de percibirlo, nuestra capacidad de ser uno en Él.
La batalla para restituir el Amor en nosotros mismos, es la que damos en cada instante para disolver los residuos kármicos negativos tanto personales como familiares, así como las impregnaciones oscuras del inconsciente colectivo. Estas energía densas se manifiestan como tendencias hacia el egoísmo, la avaricia, el juicio, la venganza, la infelicidad, la ingratitud etc, que oscurecen nuestra visión al ser proyectadas y enmarañadas por nuestro ego en el mundo en que habitamos.
Como nos enseña Mataji Shaktiananda, no podemos permitir que la vida nos supere, nosotros tenemos que superarla haciendo que cada instante nos aporte conciencia, que cada acto nos haga verdad y que cada respiro nos permita Amar. “Jamás abandones la presencia que eres. Nútrete siempre de la fuerza que eres. Confía más en todo lo que eres. Consiente siempre Ser.”
Referencias:
– Todo lo que crees que existe no es. Meditación con Mataji Shaktiananda. https://shaktianandama.com/2023/11/22/todo-lo-que-crees-existe-no-es/
– Esta vida para este encuentro. Meditación con Mataji Shaktiananda.
– https://shaktianandama.com/2023/11/29/esta-vida-para-este-encuentro/