Mi hijo Enrique tiene un bonito diccionario ilustrado en el que, junto a la definición de partitura, se muestra una imagen con los consabidos signos musicales. Qué grata sorpresa tuve cuando descubrí que los extraños palitos y bolitas, nombrados neumas (aliento) por los griegos que aparecen en la ilustración que acompaña a la definición de partitura, eran el famoso leit motiv de Primavera: primer concierto de las famosas Cuatro Estaciones de Antonio Lucio Vivaldi.
Wao, pensé. De qué diversas formas se me presenta esta belleza; inesperada y bienvenida. Un deleite. Me pasó algo así como lo que Cerati expresa con magia: “Las cosas brillantes siempre salen de repente, como la geometría de una flor”. Y así, súbitamente, la melodía, se me deslizó una vez más por ese camino neural ya andado, ramificándose en todas direcciones y transportándome a cuatro estaciones dimensionales de sonidos musicales. Cuatro estaciones que marcan el principio y el fin en un eterno y grácil bucle, como aquellos que divisó Hofstaedter o como aquellos que hallamos en el arte de gran alcance, ese que logra revelar a través de formas perceptibles los trazos de la singular majestuosidad del diseño cósmico.
Carl Jung había advertido la importancia de la cuadratura y su número nuclear a partir del estudio comparativo de mitologías, particularmente a través del estudio de la imagen-enigma de la cuadratura del círculo. Su discípulo Aniela Jaffé, en El Simbolismo en las Artes Visuales, hace referencia a cierto mito de la creación en donde Brahma, mientras meditaba en un gran loto de mil pétalos, dirigió su mirada simultáneamente a los cuatro puntos cardinales: “(…) esta revisión cuádruple desde el círculo del loto fue una especie de orientación preliminar, una indispensable toma de posición antes de comenzar su obra creadora”.
Paralelamente, hace alusión a los mandalas más conocidos del arte cristiano, en donde suele verse a Jesús rodeado por los cuatro Evangelistas: un motivo arquetípico derivado de antiguas representaciones de Horus y sus cuatro hijos. Por su parte, y acercándonos de nuevo al monje rojo (como también llamaban a Vivaldi por sus oficios religiosos y su cabellera encendida como el sol al atardecer), los mitos de la fundación de Roma hablan de su origen desde la configuración de un círculo central (mundus) y su proyección hacia “afuera” en cuatro direcciones, demarcadas por cuatro arterias principales.
No es de extrañarse que en las artes la inspiración alcance también a algunos para “descubrir” estos trazos, proporciones y modelos universales que revelan el diseño unificador de lo creado. Cristo en el Zodíaco es un grabado italiano del siglo XI que ilustra el motivo de Cristo-Apolo en el centro del círculo-zodíaco.
Doce radios demarcan cada signo, y en círculos exteriores se ilustran las cuatro estaciones. Vivaldi dio con esta forma cuaternaria, la cual a su vez está enmarcada en un círculo eterno. Cuatro estaciones que pueden verse como una secuencia progresiva desde la perspectiva del tiempo lineal, pero que, en su resultante de conjunto, son un modelo de equilibrio eterno: homeóstasis planetaria. Cuatro conciertos, cada uno con tres movimientos, conforman la totalidad del ciclo estacional en la famosa obra de Vivaldi.
Tal vez es por eso que su música es secular, y va resonando hacia lo eterno, proveniente a su vez del enigma revelado en la cuadratura del círculo.
Les acercamos: Recomposed by Max Richter: Vivaldi, The Four Seasons. Roob, A. (1997).
Referencias: Hofstaedter, D. (1987). Godel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle. Tusquets. El Museo Hermético. Alquimia y Mística. Taschen. Jung. C. (1964). El Hombre y sus Símbolos. Paidós. Jaffe, A. (1964). El Simbolismo en las Artes Visuales. Paidós.
Santiago, gracias, siempre vengo a esta sección porque me fascina las ideas que colocan sobre la música. Siento que Vivaldi capto algunas señales y las tomo para hacer la música, un tanto como cuando se han recibido los mantras pienso que algo pasa asi con los grandes musicos, captan un poquito del universo, de la musica celestial, del los ritmos marcados por el Uno.
me encanta esta sección
gracias por compartir