El resentimiento es una compleja emoción que abarca el campo afectivo, su estudio tiene interesantes fuentes. Sin embargo, es en Federico Nietzsche (1844-1900), filósofo alemán, en su obra Genealogía de la moral 1887, en donde dedica con profundidad el estudio de este tema y plantea la hipocresía de la moral occidental.
La presencia de esta emoción en la conducta humana alimenta la agresión y la destrucción justificando formas de rebelión que aparentemente busca destruir esa realidad que se produce sobre el otro.
En los escritos del psicoterapeuta y sicólogo estadounidense, Rollo May encontramos un interesante concepto. Resentimiento… «la apariencia que toma (el odio) en la vida urbana y civilizada». Y agrega: «La mayoría de las personas en nuestra sociedad, al observarse introspectivamente, pueden no estar seguras de que alimentan algún odio en particular, pero no tienen duda alguna en lo que toca a tener almacenada una buena cantidad de resentimientos» (May, 1976, pp.122-123).[i]
Para Nietzsche el resentimiento es aquel estado que surge en el hombre cuando las fuerzas reactivas prevalecen sobre las fuerzas activas, y esas fuerzas según su dirección, pueden destruir o crear. Lo complejo de esta situación se observa, en las formas que fue adquiriendo a lo largo de la historia de esta humanidad, en cómo se manifiesta en lo social, lo político, lo económico y la materialización de la conducta humana en estas dimensiones, aun cuando no tiene consciente la presencia de este estado emocional. Es por ello, que May añade la importancia de poder determinar, en qué momento nuestras acciones son direccionadas por algún odio en particular.
En este sentido, es necesario establecer el ciclo entre el sentir, el pensamiento y la acción. Puesto que se ha ubicado al resentimiento en el puesto del dolor moral producido por una ofensa, que no se logra olvidar y se vuelve a sentir una y otra vez, generando incluso acción de venganza, bajo el manto de las grandes injusticias.
Este ciclo ampliamente analizado por Nietzsche se refiere al origen de los valores instaurados a partir de la revolución de los esclavos, como reacción ante las condiciones adversas para el ejercicio de su voluntad de poder. “La impotencia de los débiles los induce a buscar la venganza más espiritual, la transvaloración de los valores nobles….declaran malvado al fuerte y bueno al débil… al hombre le ha nacido un alma, ha dejado de ser pura superficie, para adquirir profundidad; pero junto con ello ha contraído la peor enfermedad que jamás haya existido sobre la tierra, la mala conciencia”.[ii]
El resentido cada día va encontrando situaciones e injusticias que alimentan su resentimiento con la convicción de que en esta vida le ha ido peor que a los demás o que los demás poseen algo que a él le ha sido negado sin razón.
Podríamos agregar otra variable más, la envidia, que surge, de la comparación con otros y se ve acrecentada cuando los otros están peor que el primero. Nietzsche denuncia esta “autoestima comparativa” como propia de la moral del rebaño en el primer tratado de su Genealogía de la moral. Por lo que las condiciones de la vida moderna, la mutua dependencia de los individuos (psicológica, social, económica) hace inevitable que el sentimiento de su propia valía se alimente de la comparación con otros.
En este mundo civilizado y urbano, movido por la competencia, la acumulación de bienes materiales, que te definen ante el otro en una carrera sin fin hacia la peor enfermedad, tan nombrada por Nietzsche, la mala consciencia.
En el empeño de la supremacía y resaltar las diferencias para justificar reacciones y acciones que corregirán injusticias y de allí revoluciones utilizadas para experimentar una y otra vez el mismo programa, desde esos vicios de conciencia alimentados y exaltados por este sistema, diseñado para el alimento de los que verdaderamente gobiernan.
Es por ello que hoy más que nunca es necesario desenmascarar sus obras, aceptar el verdadero vacío de ese trasmundo que proyecta el resentimiento y que, desde el ejercicio de nuestra consciencia plena en luz, liberarnos de este programa cuya creación ha sido una verdadera hazaña para nuestra aniquilación.
Fuentes consultadas:[i] https://escuelaculturadepaz.org › wp-content › uploadsPDF, [ii] Escribar. W. Ana. “NIETZSCHE Y EL RESENTIMIENTO”. Universidad de Chile. 2016. Revista de Filosofía. Pág. 58
E visto que más que sed de venganza las personas ofendidas buscan justicia ,y piden al cielo justicia y cuando esta no llega deciden vengarce, o si no son felices tampoco quieren que el agresor lo sea, quieren un equilibrio, sin pensar que el albergar odio sólo los destruye a ellos.
Es triste pero es la verdad que muchas personas tienen el resentimiento en su persona. El mundo será mejor si cada persona podría exhibir amor que el odio.
Bien profundo el analysis.
Este tema nos ha tocado alguna vez, y si, es fuerte. Puede el alma sobreponerse a esto cuando se siente amado? Es un trabajo constante y arduo que contempla conciente e inconciente develado y querer más de ti. En sueños y en vigilia te observas, e instrospectas y te das cuenta que solo el ejemplo de alguien trascendido te ha dado la pauta a amarte. ONS! Resguardarse es importante.