El psicoanalista francés Jacques Lacan definió una teoría que dice que nos gustan las personas similares a nosotros, lo que conocemos como efecto espejo en psicología. A lo largo de nuestro crecimiento personal vamos desarrollando referencias que podemos encontrar en el exterior y también en el interior. En ambos casos no hay cómo enfocarse en un solo aspecto, ya que nuestra personalidad se define de acuerdo con lo que decidimos elegir, sin embargo, eso no implica que hacemos consciencia de nuestros contenidos.
El planteamiento realizado por Lacan establece el impacto del niño que se mira en el espejo y así va aprendiendo la imagen del yo. Este primer encuentro va determinando la formación de la propia imagen y a su vez, la del otro que le permite percibir lo diferente a él.
El punto de partida del reflejo nos da el inicio de la percepción de las cualidades, de los aspectos de la esencia de nuestra personalidad, incluso nuestra proyección psicológica, de acuerdo con la referencia de lo que percibimos del otro. Y el efecto interno que produce esa proyección psicológica, nos hace pensar que el desagrado que percibimos en los otros solo existe en ellos, es decir, afuera.
¿Por qué surge el mecanismo de defensa a través de la proyección psicológica?
Cuando estamos ante la presencia de una experiencia que se sostiene desde un conflicto emocional que amenaza nuestra integridad, nuestro mecanismo psicológico más inmediato es el rechazo hacia lo que pensamos, está solamente a lo externo, y la tendencia es colocar esas amenazas fuera de nosotros, como mecanismo de defensa.
Lo más interesante es que esta dinámica se da en las experiencias negativas y las positivas. Por ejemplo, cuando nos enamoramos y atribuimos a la persona amada, ciertas características que tan solo existen en nosotros.
Es así como vamos proyectando sobre el entorno nuestra propia realidad y de allí la importancia de atrevernos a conocernos en profundidad, aceptando nuestras sombras, y que en la construcción de nuestra identidad personal, aunque tenga referencia en el otro, podamos ser capaces de diferenciar, cuando nos miramos en ese espejo, lo que nos agrada y lo que no aceptamos de nuestro contenido.
“Ser conscientes de aquello que proyectamos en los demás nos permite descubrir cómo somos en realidad”[i]. La comprensión de cómo opera este mecanismo mental nos prepara para poder recuperar el control sobre lo que está sucediendo, tener responsabilidad de lo que forjamos desde nuestro interior y que eso es lo que proyectamos hacia nuestra dimensión social, para poder hacernos cargo de aquellos aspectos de nosotros que no deseamos mantener o queremos transformar.
Todo lo que percibimos a través de nuestros sentidos lo damos como cierto, sin detenernos en observar la subjetividad presente que hay en ello. Vivimos de acuerdo con esta forma de percibir la realidad, creando distorsiones negativas o que nos generan malestar a la hora de relacionarnos con las personas de nuestro entorno, incluso con nosotros mismos.
Visto de esta forma, sería imposible no detenernos a pensar un poco en la sociedad que estamos produciendo. En todos los ámbitos hay una exacerbación del temor, que ha ido en forma acelerada, apropiándose de todas las formas de relaciones, con un ejercicio explícito de crueldad hacia el otro, además exaltado por una condición de poder muy enferma, que al final es una producción colectiva, de una sociedad que se desconoce en el otro, o en última instancia, se reconoce desde un espejo fragmentado.
Solo nos queda observar cómo desde la realidad invertida que nos muestra este espejo fragmentado, pudiéramos focalizar la necesidad que tenemos de integrarnos con nuestro YO y a su vez con la figura que nos contempla desde el otro lado del espejo.
Fuentes consultadas
[i] https://lamenteesmaravillosa.com/ley-del-espejo-lo-que-ves-en-los-demas-es-tu-reflejo
https://educacion.ufm.edu/el-estadio-del-espejo-un-recorrido-por-la-obra-de-lacan/
Ons! Siento valioso este texto que comparte nociones sobre el proceso de aceptación como una base de la sanación, el perdón que nos debemos para poder ir hacia el avance real, entendiendo y reconociendo la existencia de una estructura o ego que al ser muy ágil, genera esa negación o denso velo que, sólo con la guía precisa, entrega y disposición para Ser, nos permitirá cada día ser más libres.
Agradecida por compartir.
Todos aquellos valores necesarios para una óptima convivencia social es menester que los cultivemos como recurso de valoración propia en ese lapso de tiempo de re-formación y reafirmación de la personalidad juvenil. Sin embargo hay tantos distractores en el entorno familiar, ideologías que buscan ganar terreno al advenimiento de las generaciones emergentes, el marketing, la influencia de los medios visuales y de comunicación, las propuestas de moda e imagen, etc; tienden a contaminar e irrumpe esa gestación de valores, y ahí vamos en la supuesta madurez a repetir patrones y espejismos vivimos a prisa el día a día como bolas de ping pong hasta caer en la necesidad de buscar dónde se torció todo. Hasta entonces hacemos el trabajo para que emerja la esencia que somos desde el interior y romper la mascara de lo que el contexto determinó que debíamos ser. La misma historia se repetirá cada vez, surgirán nuevos y renovados Lacan para las épocas que vendrán.