Andrés Segovia, músico y guitarrista español, nació el 21 de febrero de 1893 en Linares, Jaén, de padre carpintero. A los 10 años es enviado con sus tíos que se establecieron en Granada: “allí abrí los ojos a la belleza de la vida y del arte”. Su tío quería que estudiara abogacía, pero sus intereses estaban en la música, especialmente en la guitarra que, en ese entonces, era un instrumento popular en cafés y tabernas, entre gitanos y “bailaores”.
Asistió a un concierto de la Sinfónica de Madrid, quedó profundamente impresionado por el Preludio de Tárrega, pero no existía profesor de guitarra que pudiera instruirlo, cosa que realizó de forma autodidacta con apasionada dedicación y a escondidas de la familia.
Con una guitarra de segunda mano, el adolescente comenzó a hacerse conocido tocando en conciertos organizados por amigos. En 1913 es invitado a tocar formalmente en Madrid, quiso alquilar una guitarra y al escucharlo ensayar, el fabricante se la regaló. Tocó en España, realizó una gira por Sudamérica y en 1924 se consolidó internacionalmente con su presentación en París.
Segovia desarrolló su propia técnica y colaboró con los fabricantes en el diseño de una guitarra adecuada para conciertos, usando maderas distintas, cambiando el tamaño para mejorar la proyección del sonido, y con cuerdas de nylon que favorecían el tañir con la uña o la yema de los dedos. Amplió su repertorio y transcribió piezas para vihuela, laúd y clavecín, lo que estimuló a compositores como Castelnueovo-Tedesco, Villa-Lobos y Manuel Ponce, a escribir para guitarra clásica solista.
Produjo más de 20 composiciones, grabó varios álbumes y entre sus discípulos tuvo a John Williams y Alirio Díaz.
Considerado el padre del reestablecimiento de la guitarra solista, falleció en Madrid el 2 de junio de 1987.