Manuel Antonio Arboleda Scarpetta, religioso católico colombiano, nació el 27 de febrero de 1870 en Cartago, hijo de un general, político y diplomático y nieto del prócer Antonio Arboleda y Arrachea. A los 12 años quedó huérfano y fue recibido por su tía paterna en Popayán. En 1883 asistió al seminario diocesano donde estudió ciencias, idiomas modernos, lenguas muertas, artes y música, sintiéndose llamado por la vida religiosa.
En agosto de 1894 fue ordenado sacerdote y asignado para asistir la puesta en marcha de la escuela Santa Rosa de Cabal, la cual dirigió durante diez años, además de enseñar en ella. En ese tiempo Arboleda sufrió de malaria, enfermedad que debilitó su salud general por el resto de su vida.
En 1907 fue ascendido a arzobispo de Popayán por el Papa Pío X, la ceremonia se celebró en Bogotá, fue oficiada por el nuncio apostólico, tuvo como padrino al presidente de la República, el general Rafael Reyes, asistieron numerosos funcionarios y diplomáticos, recibió honores militares y se brindó un banquete. Tras la Guerra de los Mil Días, Colombia ponía las esperanzas de paz en el nuevo arzobispo.
Arboleda se encargó de reordenar la diócesis cuando Cali fue separada y recibió autonomía administrativa, dotó la catedral con un órgano, amplió y dirigió el Seminario de Popayán, atendió los poblados más lejanos de la diócesis, creó la prefectura apostólica de Tierradentro e incorporó la luz eléctrica en los templos. En 1920 viajó al Vaticano y el Papa Benedicto XV lo nombró prelado de honor.
Gran orador y erudito, políglota, de vida austera, discreto, educador meritorio, benévolo y amplio, tanto que ingresó a la masonería, se vinculó con sacerdotes esotéricos, ejercitó prácticas sin deshonrar la dignidad vaticana y leyó libros que probablemente estaban en la lista prohibida.
Falleció el 31 de marzo de 1923 en Dagua.