Podría sonar casi trillado este argumento de telenovela; un personaje se golpea la cabeza y le genera amnesia, pero no sería para nada justo catalogar así a una película que hasta el día de hoy da mucho de qué hablar y profundizar.
Dirigida por Christopher Nolan (Interstellar, Inception), esta película del año 2000 está basada en el cuento “Memento mori”, escrito por Jonathan Nolan, hermano del director, quien también ha colaborado en el proceso de escritura de otros de sus guiones como en el de Interstellar. El título es una frase en latín que traduce “recuerda que morirás” usada en la antigua Roma para evocar la impermanencia y fugacidad de la vida, concepto también expresado en la filosofía griega y en algunas líneas budistas.
La historia trata sobre Leonard, un hombre quien tras haber recibido un ataque que cobra la vida de su esposa, desarrolla amnesia anterógrada, una condición que no le permite almacenar nuevos recuerdos, por lo que olvida lo que estaba haciendo al pasar unos minutos. Lo que sí conserva es su memoria sensorial y el cómo realizar las acciones cotidianas.
El personaje busca organizar su vida a través del uso sistemático y disciplinado de un registro de los eventos que considera relevantes, a los que les toma una foto instantánea en donde deja una nota. Otro de los recursos es el uso de tatuajes en su cuerpo, donde recoge los hechos que considera inamovibles en ese mapa físico hacia su meta, encontrar a sus atacantes y los responsables de la muerte de su esposa.

Tanto el cuento como la película tienen una particularidad narrativa, su estructura no lineal permite que el espectador se sumerja en la complejidad de la mente del personaje principal. Cada escena nos presenta una situación sin explicación, seguida por otra escena que la precede y nos revela la causa que generó la situación de la primera. La confusión que puede generar esta narrativa nos invita a profundizar en cómo podemos generar procesos mentales, basados en nuestra propia memoria y contenidos internos, para lograr dar respuesta a la interrogante que se nos presenta, aquello que estamos viendo en la pantalla pero que no nos entrega directamente la justificación de lo ocurrido.
A medida que la historia se desenvuelve, nos vamos encontrando con situaciones que desafían tanto el sistema creado por Leonard, como nuestra propia percepción de las situaciones. La noción de verdad y mentira se desdibujan cuando la memoria no parece ser una fuente confiable. Nuestra interpretación de los personajes que se cruzan con Leonard cambia del cielo a la tierra a medida que los hechos se nos van presentando como causa y consecuencia.
El Director del Programa Integrativo de Inmunidad Neural del Instituto Nacional de Salud Mental identificó la película como «cercana a una exploración perfecta de la neurobiología de la memoria». Y amplió los temas de la película Memento, afirmando: «Este thriller que invita a la reflexión, es el tipo de película que sigue repercutiendo en la mente del espectador, y cada iteración hace que uno examine las nociones preconcebidas bajo una luz diferente. Memento es una película para cualquier persona interesada en el funcionamiento de la memoria y, de hecho, en lo que construye nuestra propia realidad».
Lo que parece revelarse como una realidad incuestionable es que el recurso de la memoria resulta esencial para poder establecer una dirección, un accionar, una meta. Sin embargo, cuando la memoria no tiene un sustento firme y se contamina con emociones como la culpa y la venganza, como en el caso de Leonard, puede llevarnos a crear realidades paralelas en donde nuestras propias interpretaciones negadoras puedan habitar como recuerdos y distanciarnos de nuestra propia verdad.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Memento
https://en-m-wikipedia-org.translate.goog/wiki/Memento_Mori_(short_story)?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=tc
https://nofilmschool.com/memento-explained