Maeda Seison, pintor japonés, nació como Renzō Maeda el 27 de enero de 1885 en Nakatsugawa, Gifu. A los 13 años murió su madre y con su padre se mudó a Tokio. Por recomendación del escritor Ozaki Kōyō, ingresó a la Escuela de Arte de Kajita Hanko donde recibió el nombre de Seison, y entabló amistad con el pintor Kobayashi Kokei de quien recibió gran influencia. También estudió literatura clásica japonesa en la Universidad de Kokugakuin.
Llamó la atención como pintor y recibió encargos. Se especializó en el trabajo sobre madera, yeso, papel y seda, y en el uso de pigmentos naturales animales y vegetales, minerales como el oro, tintas y nikawa, pegamento tradicional japonés elaborado con piel animal. Fue célebre principalmente por sus retratos de brillantes colores y líneas fluídas, abordando, asimismo, paisajes y bodegones.
Formó parte de la agrupación artística Koji-kai y de la Academia de Bellas Artes de Japón. Viajó a Corea, China y Europa donde quedó prendado de los frescos renacentistas de Giotto. No obstante, nunca se apartó de la tradición pictórica japonesa. Entre sus obras más sobresalientes está “Yoritomo en una cueva” (1929), que obtuvo el prestigioso Premio Asahi (1930) y fue motivo para un sello postal, parte de la serie emitida en honor al arte japonés (1982).
En 1944 se convirtió en pintor oficial de la corte imperial, ejerció como jurado en las exhibiciones anuales Nitten y fue docente en la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio (1950-1959). Obras suyas se conservan en el Museo Okura Shukokan, en el Palacio Imperial y en los Museos Vaticanos.
Considerado uno de los altos exponentes de la pintura contemporánea japonesa y del movimiento nihonga, fue distinguido con la Orden de la Cultura y como Persona de Mérito Cultural.
Falleció el 29 de octubre de 1977.