Michael Levitt, físico y biofísico sudafricano, británico, israelí y estadounidense, nació el 9 de mayo de 1947 en Pretoria, Sudáfrica, en el seno de una familia judía. Se licenció en física (1967) en el King’s College de Londres, trabajó como investigador visitante en el Instituto Weizmann de Ciencias, Israel (1967-1968), para luego obtener un doctorado en biofísica conjuntamente por el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica (MRC), Cambridge, y la Universidad de Cambridge en 1971.
Regresó como investigador postdoctoral al Instituto Weizmann (1972-1974) y como científico titular al Laboratorio MRC (1974-1979), período en el que trabajó con Ariel Warshel: primero, sentó las bases del modelado informático de procesos químicos con el enfoque de la física clásica (1970-1976), luego dichos modelos se afinaron alcanzando gran precisión mediante la física cuántica.
Tras ejercer la docencia (1979-1987) en el Instituto Wiezmann, se establece definitivamente en los EEUU como catedrático de Biología Estructural en la Universidad de Stanford desde 1987.
En 2013 recibe el premio Nobel de Química compartido con Warshel y Martin Karplus por el “desarrollo multiescala de complejos sistemas químicos”. Los modelos formulados son tan precisos que han sustituido la realización de experimentos clásicos, facilitando una rápida comprobación de hipótesis y afinadas predicciones. Asimismo, permiten el estudio de nuevos materiales y fármacos, conocer las formas de crecimiento de las células solares y qué organismos son más eficientes en la captación de luz.
Durante la pandemia de COVID-19 firmó la Declaración de Great Barrington a favor de soluciones alternativas al confinamiento, con base en la preocupación por los perjuicios causados a la actividad económica y el aumento de suicidios y abuso infantil, declaración criticada por la OMS y otras organizaciones, por falta de base científica.
Es calificado como el padre de la biología computacional y es miembro de varias academias.