Alfonso Reyes, escritor, abogado, diplomático y académico mexicano, nació en Monterrey el 17 de mayo de 1889, de padre militar y funcionario del gobierno de Porfirio Díaz, y su madre descendiente del conquistador Diego de Ochoa-Garibay. En 1909 forma parte del Ateneo de la Juventud donde se discute sobre los clásicos griegos, se reflexiona sobre la literatura y filosofía universales y se impulsa una labor de formación humanística. 1913 fue el año de su graduación como abogado y del asesinato de su padre durante la llamada “Decena Trágica” contra el Presidente Madero, origen del poema “Oración del 9 de febrero” (1930).
En 1911 publica “Cuestiones estéticas” y entra como secretario y docente de la Escuela de Altos Estudios. Tras el fracaso del golpe y la muerte del padre, se exilia en España (1914-1924), período altamente fructífero como investigador literario y escritor reconocido en el mundo hispánico, destacando sus ensayos sobre literatura clásica española y el Siglo de Oro.
También desempeñó labores diplomáticas en Madrid, París, Roma y Sudamérica (1922-1938).
Reyes deja una obra extensa. En su poética sobresalen “Ifigenia cruel” (1924), “Cinco casi sonetos” (1931) y “Cantata en la tumba de Federico García Lorca” (1937). Abordó también la narrativa, las memorias y la crítica, el arte culinario y operetas humorísticas. Hizo aportes valiosos como traductor y editor. Sus “Obras completas” fueron compiladas en 26 volúmenes por el Fondo de Cultura Económica.
Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, fundador del Colegio de México y del Colegio Nacional, fue postulado cinco veces al Premio Nobel de Literatura, distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, y varios doctorados Honoris Causa.
Falleció en Ciudad de México el 27 de diciembre de 1959.