Por Philip Calderón | SKY Ecuador
No son pocas las obras literarias o de la pantalla grande, cuya advertencia apocalíptica ha dejado boquiabierto a más de un amante de la ficción. ¿Un virus? ¿Será eso lo que lleve al mundo al borde de su aniquilación? ¿Será posible un cambio? Y ya sabemos que no.
En la novela Infierno, Dan Brown gesta una trama maquiavélica para imponer a fuerza y voluntad ajena, un cambio en la sociedad, a través de un virus; uno artificial, confeccionado a mano, en laboratorio, a medida de la mente de su creador, con un objetivo definido. En la novela mencionada, la trama crea un virus, que esteriliza a los humanos de forma aleatoria con la finalidad de controlar la explosión demográfica.
Con la pandemia actual, ya sabemos quién gobierna las mentes de los ciudadanos de este planeta hoy en día; el miedo. Nadie está exento de ser bombardeado por imágenes, contenidos escritos o digitales, en donde se crean, una y otra vez, escenarios que roban la paz.
Con el COVID-19, se consolidó un nuevo virus. Uno que es peor que aquel que ha matado a miles. Se trata del: “CO=Contenidos VI=Viralizados D=Distractores”, este patógeno virtual tiene un efecto muy particular en cada persona. Segundo a segundo, crea una adicción desenfrenada y cuando pasa el “rush” te quedas vacío y bajo el efecto secundario: el miedo.

La pandemia pone en evidencia que las redes sociales son el canal perfecto para debilitar aún más la mente de la sociedad. Los contenidos digitales resultaron ser el socio perfecto de la Maya; los que controlan, consolidaron el medio desde el “sofá” para distraernos, para mentirnos, para generar control, y para influenza-rnos.
La gran masa inconsciente está esperando que algún país produzca la vacuna que detenga la muerte física, sin embargo, se especula que se quiere aprovechar esta necesidad planetaria para producir un cocktail que tendrá otros propósitos. Medir los efectos perversos que tendría el inmunizar a toda la población del planeta sería un ejercicio fútil. De lo que si estamos seguros es que esto sería el parche que estaba faltando para complementar el juego de quienes controlan, y así, consolidar el dominio.
El miedo que se acumula en la mente, producto de los contenidos digitales que se asoman en las distintas plataformas, alcanza niveles impensados. Como nunca una enfermedad física crea otras enfermedades mentales que han distorsionado la realidad y han creado una ficción que nos remonta a un manuscrito de Orwell.
Pocas son las lecciones que una enfermedad masiva catastrófica nos va dejando. Estas se han desvanecido entre falsedades y especulaciones. El ego colectivo busca una vez más la gratificación inmediata de una cura, para poder seguir viviendo en despropósito.
Estos últimos meses parece que nos olvidamos del aberrante modernismo, la hambruna, la destrucción del medio ambiente en el que vivimos, todas realidades que deberían ser tratadas como otro virus mental, que provoca la enfermedad de la indolencia.
Hoy más que nunca nos toca ser valientes. Derruir los engaños mediante los cuales nos hemos forzado a vivir; solo ahí podremos autocrear una “nueva vacuna” que nos permita construir “una nueva realidad” que instaure un cambio que privilegie la vida con propósito y no los credos de los egos de turno.
Increíble lo que puede hacer la imaginación del ser humano, yo recién estuve viendo caricaturas de antaño y muchas de las cosas se volvieron realidad, eso me hace pensar que todo lo que pensamos como colectivo, lo materializamos, lo que me hace querer imaginar otra realidad más armonica, que se materialize en el futuro