Cuando un humano, durante su vida, sufre un accidente en donde quedan lesiones permanentes, los acontecimientos posteriores al evento dejan huellas que en muchos casos no se superan nunca durante la vida. Aparte de perder el estado de bienestar, las lesiones impactan a los egos de las personas de tal manera que las consecuencias generan depresión, aislamiento de la sociedad y cambios en la personalidad que las acaban convirtiendo en otros seres.
La búsqueda incansable del hombre por extender la vida en este plano ha generado que, por muchos años, cientos de miles de investigadores de la salud enfoquen sus conocimientos y esfuerzos a encontrar una solución a los problemas de la salud. Sin embargo, el enfoque de los científicos ha sido siempre en prolongar la vida y la cura de las enfermedades que ocasionan la muerte.
“Para el cuido del cuerpo la
ciencia alopática ha descubierto miles
de medicamentos que ayudan en la cura
de síntomas y enfermedades…”
El cerebro, ese órgano del que poco se sabe y que es “la torre de control” de todo lo que ocurre en el organismo, cuando este sufre algún tipo de daño directo o al sistema nervioso que está conectado a él, genera lesiones y enfermedades irreversibles que no tienen cura.
Dentro del plano de la mecánica corporal, existe todo un proceso de crecimiento que, hasta los 18 años de edad, permite el desarrollo de los huesos, los órganos, las venas, las arterias, los músculos, los tendones y la piel. Para el cuido del cuerpo la ciencia alopática ha descubierto miles de medicamentos que ayudan en la cura de síntomas y enfermedades que han permitido que el promedio de vida humana en las últimas 5 décadas haya subido unos 20 años; paso a de 46 años en 1950 a 66 en el 2022.
“Después de habernos demostrado
la fortaleza de un paladín de la justicia
en la pantalla grande, en la vida real se cayó
de un caballo y perdió total movilidad…”
La ciencia ha podido desarrollar cientos de medicamentos como analgésicos, antinflamatorios y antibióticos que han permitido a los humanos mantener una buena vida al poderse sobreponer del simple dolor de cabeza hasta combatir la gangrena.
Christopher Reeve; quien protagonizo la película Superman, quien después de habernos demostrado la fortaleza de un paladín de la justicia en la pantalla grande, en la vida real se cayó de un caballo y perdió total movilidad y se convirtió en un hombre cuadripléjico. Este hombre, vivió sus últimos años de vida postrado en una silla de ruedas especial. Dedicó el resto de su vida a la búsqueda de una cura a su padecimiento y el de otros.
Así como Reeve, cada año existen millones de accidentes de medula espinal a nivel mundial; Según la Organización Mundial de la Salud, existen entre 40 a 80 casos por cada millón de habitantes. Hoy por hoy existen más o menos unos 5 millones de personas en el planeta que sufren de lesiones de medula espinal irreversibles causadas por accidentes.
En medio de la crisis de salud pública que azota a todos los países del mundo, sale a luz una noticia prometedora que desde hace muchos años se había convertido en un mito. “Pronto se encontrará la cura para aquellos que perdieron su capacidad de caminar por accidentes de ruptura de medula”.
Este mes de febrero del 2022, unos Neurocientíficos suizos realizaron implantes de electrodos que “emiten pulsos eléctricos sincronizados que imitan las señales que circulan a lo largo de la médula espinal” y en 24 horas post operación, han permitido que 3 personas recobren la sensibilidad y han empezado a caminar con la ayuda de un andador. Esta nueva esperanzadora tecnología que hace uso de la Inteligencia artificial va a revolucionar la cura de personas que han sufrido una lesión de medula espinal y de pronto devolverles la movilidad perdida.
Está comprobado que el bienestar de las personas con esta discapacidad forzada es un proceso gradual de acoplamiento. Exige que todos los que viven alrededor de la persona vayan adaptándose y funcionando bajo una forma diferente de condiciones y limitantes, aparte de la lesión los que están en su entorno también experimentan un cambio en los paradigmas de convivencia y de vida.
Es imposible saber lo que ocurre en la mente de una persona que de un día a otro pierde su capacidad de caminar de manera forzada, el proceso mental por el cual tiene que transitar para entender y aceptar que su vida cambió y que tendrá que adaptarse a una nueva forma de vida, es un proceso mental que pone a los hombres y mujeres bajo una prueba extrema que muchas veces no se supera nunca.
En el pacto que hacemos antes de nacer, sabemos que lo que venimos a experimentar en esta encarnación deberá ser un resultante de nuestras vidas pasadas. Sin embargo, para el humano consciente de esta experimentación el aceptar será parte de un proceso de liberación y que permitirá que pase lo que pase durante la vida esta será así porque lo sabíamos. Para aquellos que no recuerdan el “gran pacto” la vida en general será un permanente sufrir por el no entendimiento ocasionado por libre albedrío.
El incomodarse y sufrir la falta de bienestar relacionado a la salud física y/o mental siempre será parte de un entendimiento mayor que si se lo entiende deberá generar un Bien-Estar independiente de cualquier padecimiento.
Todo lo que se experimenta en vida es parte de aquel compromiso y si lo aceptamos seremos seres inmutables.
Fuentes consultadas
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/spinal-cord-injury, https://ipsnoticias.net/1999/09/poblacion-esperanza-de-vida-aumento-20-anos-desde-1950/, https://elpais.com/ciencia/2022-02-07/tres-paraplejicos-vuelven-a-andar-un-dia-despues-de-recibir-un-implante-electronico.html
Aceptar para entender y, entender para aceptar… Una paradoja no tan fácil de descifrar en estos tiempo cada vez más hiper racionalistas, donde la idea de un dios o de vidas pasadas se ve eclipsada por todas esas teorías científicas que, forzosamente necesitan ser comprobadas con hechos tangibles o comprobables.