Emilio Carranza, aviador mexicano, nació el 9 de diciembre de 1905 en Ramos Arizpe, Coahuila, nieto-sobrino del presidente Venustiano Carranza y sobrino de Alberto Salinas Carranza, director de la Escuela Militar de Aviación. Durante la Revolución Mexicana la familia Carranza emigró a EEUU y al completar la secundaria (1923) Emilio regresó a México.
Ingresó en la Escuela Nacional de Aeronáutica, graduándose de Teniente Piloto Aviador (1926). Adquirió en Chicago un biplano Lincoln Standard, el más avanzado de la época, a fin de experimentar vuelos de largo alcance. Participó en la campaña contra la revuelta de los indígenas Yaqui, esta fue sofocada y Carranza fue ascendido a capitán.
En 1927 voló desde Ciudad de México a Ciudad Juárez en 10 horas y 48 minutos, el más largo realizado por un piloto mexicano hasta ese momento, mientras Lindbergh se convirtió en el primer piloto en cruzar el Océano Atlántico. El entusiasmo por tales hazañas creció y el diario mexicano Excelsior mandó a construir un avión como el de Lindbergh, eligiendo a Carranza para volarlo.
En mayo de 1928 realizó el segundo vuelo más largo para traer el nuevo avión desde San Diego, EEUU, hasta la capital mexicana. El avión, bautizado México Excelsior, protagonizó la siguiente gesta inmediatamente, un vuelo sin escala hasta Washington D.C. Obligado a hacer un aterrizaje forzoso en Carolina del Norte, llegó a Washington al día siguiente en la tarde. No obstante, fue recibido con honores en la Casa Blanca.
Carranza anunció su nueva meta: Nueva York-Ciudad de México. Tras cancelar varias salidas por las condiciones meteorológicas y recibir las advertencias del caso, salió intempestivamente la noche del 12 de julio de 1928, pero se estrelló a la media hora. Encontraron un telegrama que decía: “Sal inmediatamente, sin excusa ni pretexto, o la calidad de tu hombría quedará en duda”.