Félix Mendelssohn, compositor alemán, nació en Hamburgo el 3 de febrero de 1809, en el seno de una familia de origen judío conversa al protestantismo. Mendelssohn crece en un rico ambiente artístico. Su madre, mujer culta y pianista, lo introdujo en la música, luego estudió piano con L. Berger y composición con Carl F. Zelter, quien ejerció en él gran influencia.
Siendo muy precoz, en su niñez escribió óperas, sinfonías, conciertos, sonatas y fugas. Debutó públicamente a los 9 años y a los 11 interpretó una composición propia. En 1821 conoció a Goethe con quien estableció una gran amistad. En 1826 escribió la reconocida obertura “Sueño de una noche de verano” y el “Octeto para cuerda” que dan cuenta de su madurez musical.
Debutó como director de orquesta en Berlín (1929) con una obra de J. S. Bach, promoviendo el renacimiento de este compositor, luego visitó Gran Bretaña para dirigir la Filarmónica de Londres. Viajó por Europa y regresó reiteradamente al Reino Unido donde se convirtió en el compositor más popular y el favorito de la reina Victoria, ejerciendo profunda influencia y sacando de su letargo a los compositores británicos. La Marcha Nupcial de “Sueño de una noche de verano” fue tocada en los esponsales de la princesa Victoria, convirtiéndola en la pieza emblemática a ejecutarse en las bodas hasta hoy.
Influido por Bach, Beethoven y Mozart, exhibió un estilo conservador, pero plenamente romántico, con cualidades líricas encantadoras, frescas y cándidas, clase y elegancia. Compuso más de 120 obras entre sinfonías, piezas orquestales, óperas, música de cámara, conciertos, canciones y piezas corales, destacando las Sinfonías “Italiana” y “Escocesa”, el “Concierto para violín Op. 64”, “Pablo”, “Elías” y “Las Hébridas”.
Considerado como el Mozart del siglo XIX por R. Schumann, falleció el 4 de noviembre de 1847 en Leipzig.