Mario del Monaco, tenor italiano, nació en Florencia el 27 de julio de 1915, en una familia florentina adinerada con tradición musical. Estudió violín y amaba el canto. Se graduó en el Conservatorio Rossini de Pésaro y su formación vocal la desarrolló con Melocchi.
Debutó en 1939 como Turiddu, protagonista de Cavallería Rusticana, mientras que su primer éxito (1940) fue como Pinkerton, el militar estadounidense en Madame Butterfly. Tras la Segunda Guerra Mundial la carrera de Del Monaco despegó debutando en ciudades como Londres, Roma, Buenos Aires, Nueva York y Moscú, y luego se sostuvo en la cumbre hasta 1976, cuando se retiró, con presentaciones habituales en los más importantes teatros del mundo como la Scala, Metropolitan y Covent Garden.
Tenor spinto o dramático, tenía una voz única, de impactante potencia y luminosidad y, a la vez, con resonancias oscuras de barítono, que modulaba manteniendo su homogeneidad; su dicción tenía una nitidez escultórica. Del Monaco logró establecer un equilibrio entre la Técnica Melocchi y el canto propiamente dicho, que le proporcionó seguridad y protección a su voz, de hecho nunca tuvo incidentes vocales.
Llegó a interpretar unas 52 óperas de autores distintos, más de una veintena de grabaciones en vivo y 10 videografías. Protagonizó presentaciones históricas de “Norma”, “Aida”, “La chica del Oeste”, “Sansón y Dalila” y “Los troyanos”. Otello fue un personaje que escenificó más de 400 veces, alcanzando tal perfección que aún no ha sido superada. Se le considera el último divo operístico del siglo XX, cuya actuación era antigua y moderna a la vez, de aquellas que cautivan al público, no solo del teatro, sino de la televisión y el cine también.
Falleció en Mestre el 16 de octubre de 1982.