Erudito, historiador, jurista, filósofo y teólogo musulmán Andaluz.
Nació el 7 de noviembre de 994 en Córdoba, España. Su padre y abuelo eran asesores en la corte del Califa Omeya Hisham II, por lo que Ibn creció en una familia política y económicamente importante, en medio de personas de poder que lo marcaron. Sus experiencias con el gobierno y los políticos hicieron que desarrollara un escepticismo renuente e incluso triste sobre la naturaleza humana y la capacidad de los seres humanos para engañar y oprimir. Su reacción fue creer que no había refugio ni verdad excepto con un Dios infalible y que en los hombres solo residía la corrupción. Fue conocido por su cinismo con respecto a la humanidad y un fuerte respeto por los principios del lenguaje y la sinceridad en la comunicación.
Mucho de su trabajo fue quemado en Sevilla, dada la irreverencia intrépida hacia sus críticos académicos y autoridades.
Murió el 15 de agosto de 1064 en Montíjar, Taifa de Sevilla.