Sarah Kimble, actriz teatral británica, nació en Brecon, Gales, el 5 de julio de 1755, hija de un director de teatro ambulante y la mayor de la familia de actores. Desde niña se involucró en el escenario y recibió una buena educación en los lugares donde se presentaban.
Enamorada de William Siddons, uno de los actores de la compañía, sus padres la enviaron a casa de Lady Greathead donde trabajó como ama de llaves, actuó para la servidumbre y ocasionalmente para los invitados. A los 18, con la aprobación de sus padres, se casó y ambos se unieron a otra compañía de teatro.
En 1774 Siddons logra su primer gran triunfo entre “gente de calidad”, interpretando a Belvidera en “Venecia preservada” de T. Otway. El reconocido actor del momento, David Garrick, supo de ella y la invitó al Teatro Real de Londres, pero debido a su inexperiencia resultó en un fracaso. Siddons continuó trabajando en giras por el país y aumentando su fama. En 1782 vuelve a ser invitada al Teatro Real y aparece como Isabella en “Matrimonio Fatal” de T. Southerne, esta vez un rotundo éxito.
Es reconocida como la más grande actriz británica del siglo XVIII. Alta, llamativa, de ojos sumamente expresivos, fue actriz dramática y siempre evitó la comedia. De gran talento interpretativo, sus actuaciones eran electrificantes, se convertía en sus personajes cautivando al público que, embargado de emoción, la ovacionaba.
Entre sus papeles más destacados estuvieron Isabella, Belvidera, Reina Catalina en “Enrique VIII”, Constanza en “Rey Juan” y su rol más sobresaliente, Lady Macbeth en “Macbeth”. Se mantuvo en la cúspide durante 20 años como la reina del Teatro Real y se retiró en 1812.
Falleció en Londres el 8 de junio de 1831.