“El conocimiento de todas las demás cosas es causado por la ignorancia de nosotros mismos”
Sri Ramana Maharshi
De acuerdo con las enseñanzas del Saiva Siddhanta (tradición espiritual y filosófica del Sur de la India), Dios es uno y las almas son muchas, es decir, no hay dos seres iguales, sino que cada ser vivo tiene un alma propia.
Según esta, y muchas otras tradiciones orientales, el alma tiene la capacidad de conocer (Gyana Shakti), actuar (Kriya Shakti) y desear (Iccha Shakti). Según el Saiva Siddhanta, estas capacidades se ven afectadas por Anavam (causa de todas las cualidades negativas del alma) y, de la misma forma, en esta Tradición se le otorga al alma una característica particular: es dependiente. Cuando depende de las cosas del mundo, se comporta como ellas y cuando depende de las cosas de Dios, se comporta como un ser divino.
Anavam es la fuente del ego y su inherente condición es oscurecer el poder del alma para que no alcance el conocimiento de su naturaleza divina, porque no sabe, ignora, que esa es su esencia real. Es una de las tres impurezas que Paasam (esclavitud de la materia) contiene en sí mismo: anavam, karma y maya. Estas tres impurezas engañan al alma para que sepa o perciba todo de forma engañosa o errónea.
Cabe destacar que Paasam es uno de los tres conceptos más importantes en el Saiva Siddhanta (Pasu-Alma-, Pathi-Dios, Paasam-lo que impide realizar a Pathi-), acuñado milenios atrás en esta antigua Tradición.
Por otro lado, y literalmente al otro lado del mundo (en Occidente), ya hacia el siglo IV, habiéndose desarrollado y diseminado las tradiciones abrahámicas, aparece la primera lista de pecados capitales (análogos, en cierta forma, a las impurezas de las que venimos hablando). Su autoría se atribuye al monje y asceta cristiano Evagrio Póntico, llamado El Solitario. Este estableció ocho pasiones o pecados principales: ira, soberbia, vanidad, envidia, avaricia, cobardía, gula y lujuria. Luego, otro asceta, Juan Casiano, los llevó a solo siete pecados y Gregorio Magno, el Papa (540-604) se estima los enlistó, considerándolos la raíz de todos los demás pecados, por eso fueron llamados capitales.
Por costumbre y replicación, se perciben estos siete pecados capitales como moradores impunes de la mente del hombre de cualquier cultura y de cualquier periodo. Ellos circulan libremente sin que haya un mandamiento superior que frene tanta desdicha: el hombre come demasiado (gula), comete crímenes permanentemente (ira) y los sistemas económicos reproducen infinitas ganancias (avaricia), por citar tres desvíos de los siete ya mencionados. Esto ratifica que, más que pecados, operan en realidad como un poder para hostilizar y nutrir esa idea del hombre que no agota su miseria espiritual.
Pero, ¿si los enfocamos desde el poder de la elección que el alma liberada y consciente brinda? Sabiendo ya que ella es como un cristal que refleja el color con el que entra en contacto, dentro del conocimiento o la ignorancia que dan la perspectiva en la que ella misma conoce, acciona o desea.
En la esclavitud del Paasam, es difícil ver con claridad de conciencia. Quizás no hay pecado irremovible, quizás existe en realidad la posibilidad de liberación de esas tres ataduras que engañan al alma. Quizás no hay pecado capital, sino ignorancia, ese concepto que, en casi todas las escuelas de conciencia, se define como ausencia de conocimiento, conocimiento inadecuado o conocimiento erróneo, que más allá de un proceso psicológico, debe verse en su profundidad como ese fenómeno de la conciencia inherente a todo, incrustado en la materia ya evidenciada en su esencialidad: el espacio vacío existente entre las partículas, que a su vez contienen vacío y así infinitamente.
Fuente:
https://happinessofbeing.blogspot.com/2023/07/anma-viddai-verse-3-knowledge-of-all.html
https://www.thehindu.com/society/faith/realising-the-truth/article65697833.ece
https://es.wikipedia.org/wiki/Evagrio_P%C3%B3ntico
https://www.muyinteresante.es/historia/33610.html#:~:text=El%20origen%20se%20remonta%20al,%2C%20cobard%C3%ADa%2C%20gula%20y%20lujuria.
Agradecida de haber despertado.
Comprendo que el amor y la constancia en la tarea
aumentará mi Luz mediante la guía y ayuda Divina que proporcionan los Maestros Inmortales, Mahávatar Babaji y Ma Shaktiananda.
Iré recordando y contentándome en lo aprendido mediante el correspondiente resguardo y cuido.
Gracias por las enseñanzas depositadas en vuestros artículos
iOm Namaha Shivaya!
Gracias