Uno de los logros más importantes para el inconsciente humano es el de acumular méritos en la vida, y si son adquiridos tempranamente, mejor. Méritos relacionados con el trabajo, con la carrera profesional, formación institucional, artística, en fin, reconocimientos que avalen y perpetúen nuestros pasos por el planeta. Sin embargo, hay uno de estos reconocimientos que destaca vibracionalmente, sobre todos los demás; el premio Nobel de la Paz.
Otorgado solo a personas de gran altruismo, que midieron su propio tesón y fuerza, confrontando situaciones, por demás difíciles, y obteniendo, como fruto, convertirse en inspiración para sus congéneres. Muchas historias hermosas y apasionantes reposan en el servidor de memoria de la humanidad con la etiqueta de este premio, sin embargo, hay una de ellas que destaca por su increíble ímpetu y además ha sido la persona más joven en recibirlo. Se trata de la niña que confrontó a todo un ejército talibán, Malala Yousafzai.
“Le concedieron el Nobel de la Paz,
a la edad de 17 años (2014), un hecho
sin precedentes en la historia.”
Su resistencia, desde jovencita, más todo el derrotero que produjo su incondicional entrega a defender los derechos civiles, y en especial, el de las mujeres, hizo que le concedieran el Nobel de la Paz, a la edad de 17 años (2014), un hecho sin precedentes en la historia.
Nació el 12 de julio de 1997 en el distrito de Swat, al noroeste de Pakistán, en una familia musulmana de origen sunita. Hija de un poeta con vetas de educador, a Malala nunca le faltó la guía y la sabiduría de quién sería su principal instructor.
Malala significa afligida por la pena en Urdu (idioma nacional de Pakistán y parte de India). A los 10 años ya hablaba 3 idiomas, pastún, urdu e inglés. Sus primeros anhelos profesionales estuvieron direccionados hacia el área de la medicina, sin embargo, mostraba desde muy temprano profunda sensibilidad social e inclinaciones políticas, es por eso que fue animada por su padre a convertirse en activista.
En 2007 el ejército fundamentalista se hizo con el control de la zona en donde vivía y entre cantidad de prohibiciones que aplicaron a la población, como por ejemplo el baile y la televisión, también vedaron el derecho de la mujer a la educación.
“Tenía tan sólo 11 años cuando
su padre la llevó a hablar
en un club de prensa local”
Tenía tan sólo 11 años cuando su padre la llevó a hablar en un club de prensa local y ahí fue cuando dijo: “Cómo se atreven los talibanes a quitarme mi derecho básico a la educación”. Esta intervención tuvo gran repercusión en los medios visuales y escritos de la región y desde esa época comenzó como aprendiz y luego como educadora en el programa para jóvenes de el Institute of War and Peace Reporting´s Open Mind Pakistan.
A finales de 2008, Aamer Ahmed Khan, de la página web de la BBC en Urdu y sus compañeros, tuvieron una idea para combatir la creciente influencia de los talibanes. Se les ocurrió crear un blog de forma anónima para ser escrito por algún también anónimo estudiante en el que hablaría acerca de su vida ahí. El corresponsal y representante del proyecto, Abdul Hai Kakar, había estado en contacto con un maestro de escuela local, Ziauddin Yousafzai, el padre de Malala.
No parecía ser tan fácil encontrar algún estudiante con el coraje suficiente como para asumir el antes mencionado diario-blog. Hubo un niña dispuesta a aceptar la sigilosa, pero no menor tarea. Sus padres le impidieron hacerlo por temor a las represalias de parte de los talibanes, quienes para ese momento ya controlaban totalmente la zona de Swat, presionando a través de severas prohibiciones y crueles ejecuciones públicas.
La única alternativa para escribir el proyecto parecía ser Malala. El problema era que esta tenía, para ese entonces, tan solo 11 años de edad y estaba en séptimo grado. Sin embargo, a la hora de la decisión final, los editores de la BBC estuvieron todos de acuerdo por unanimidad en elegir a la valiente niña.
En enero de 2009 comenzaron las publicaciones de Malala en el blog Urdu de la BBC. Ella escribía a mano las notas y se las pasaba a un reportero que las ajustaba y las enviaba por email. Allí explicaba su vida bajo el régimen talibán de Pakistán y sus intentos de recuperar el control del valle, luego de que la ocupación militar les obligara a salir de las zonas rurales.
El crecimiento del blog fue notable, así como su influencia en la consciencia de los pakistaníes, hasta que el 9 de octubre de 2012, un sujeto perteneciente al grupo de talibanes locales, se subió en el transporte escolar en donde se desplazaban los chicos a sus casas luego del colegio. Después de preguntar puntualmente por Malala, el hombre le disparó en repetidas ocasiones con una pistola. Le impactó en la parte izquierda de la frente y el cuello. La “niña héroe” fue trasladada en helicóptero a un hospital militar en el que le salvaron la vida, aunque el proceso de recuperación total, en el que tendría que viajar a Londres para cirugías reconstructivas e implantes auditivos, llevaría varios años.
Malala ha escrito dos libros que cuentan su historia y es inspiración para muchas personas en el mundo, sobre todo, para las que fungen como resistencia a regímenes dictatoriales y otras luchas imposibles.