Hans Christian Andersen, escritor danés, nació el 2 de abril de 1805 en Odense, en el seno de una familia muy humilde, de padre zapatero que le contaba historias, y madre lavandera y alcohólica. Con 11 años perdió a su padre, dejó la escuela y leyó todo lo que pudo por su cuenta, incluídos Shakespeare y Goethe.
Se fue a Copenhague con aspiraciones de ser cantante o actor sin lograrlo. Escribió la tragedia “Alfsol” que llamó la atención de Collin, director del Teatro Real de Copenhague, quien se convirtió en su mecenas, entonces cursó estudios formales y se graduó en 1828. Publicó “El niño moribundo” (poema, 1827) en una prestigiosa revista literaria.
Viajó por Europa, Asia y África y a partir de 1830 su reconocimiento como escritor se consolidó con ”El amor en la torre de San Nicolás” (teatro, 1830) y “El improvisador” (novela, 1835). Destacó especialmente por sus cuentos infantiles (aunque eran los que menos le gustaban), muchos de los cuales se convirtieron en clásicos traducidos a 80 idiomas, llevados al cine, teatro, ballet y otras artes. Entre sus cuentos más populares están: «El patito feo», que fue asociado a su persona, «El soldadito de plomo», «El sastrecillo valiente», «El traje nuevo del emperador» y «La sirenita».
Su estilo se enmarca en el romanticismo y su narración sencilla fue innovadora al incorporar modismos y formas de lenguaje coloquial, así como sentimientos e ideas sobre el bien y el mal, las virtudes y los vicios. Gran talento narrativo, imaginación y combinación de lo popular y lo selecto, incluyendo diferentes culturas.
Su obra completa consta de unas 336 publicaciones, de las cuales casi 170 son cuentos infantiles (sueltos y colecciones). También escribió artículos, ensayos, biografías, autobiografías, sátira y humor, y sobre temas como la religión y la gramática.
Distinguido con numerosos galardones, falleció el 4 de agosto de 1875 en Copenhague.