Con cuánta facilidad el hombre esconde la cabeza en la tierra huyendo de la vida, la que hemos creado como resultado de lo que hemos elegido. La que sucede en el vasto universo que habitamos, negándonos la preciada libertad.
Las dinámicas sociales, económicas, políticas, culturales entre otras, son categorías que usamos para clasificar lo que acontece como hechos susceptibles de ser registrados, analizados, narrados y publicados con el propósito de informar. Que cada quien, al tener contacto con los contenidos, elabore su punto de vista y disponga de insumos para actuar en su entorno según los temas de interés personal o del colectivo.
El sujeto asume que lo narrado cumple con un rigor y cuidado, susceptibles de ser comprobado y contrastado, partiendo de unos principios éticos y comportamiento responsable de quien informa. Aunque se sabe que, desde ese lugar, se tiene un control que ha sido utilizado para establecer tendencias y afianzar creencias.
El flujo de información concerniente a tantos temas inevitablemente toca las emociones de las personas, quienes desde su sentir y pensar, como grupo social, configuran lo que conocemos como opinión pública. Esta es claramente subjetiva toda vez que es producto de la percepción y las emociones, y generalmente se circunscribe al ámbito político.
Para muchos, es el hilo con el que se teje la agenda pública y determina los desenlaces en diversas facetas del poder político y económico, a partir de la información que se ofrece; y si bien debería ser veraz, no siempre sucede de esta manera.
A esta construcción social de opinión pública le antecede la dinámica de informar y comunicar los hechos, lo cual es tarea de los medios de comunicación, especialmente los masivos. Estos afrontan hoy día desafíos importantes para contrarrestar el fenómeno social de información no periodística, producida por el público en general. Una realidad alimentada desde la ignorancia. Manipulación orquestada por agendas mediáticas creadas para el logro de intereses particulares.
Tales circunstancias dirigen el comportamiento de un colectivo que se niega ante la verdad y se aferra a cualquier mentira, bien sea por comodidad o por afinidad a la fuente. Este aspecto pone en evidencia una profunda ignorancia y rendición a los flujos de poder que lo vulneran y restringen siendo cómplices de su propia esclavitud.
Así es como se ha configurado el fenómeno conocido como “posverdad” término que en 1992 el dramaturgo Steve Tesich utilizó en un artículo que publicó en The Nation. Allí se referíaa la cómoda elección de evadir la verdad cuando las noticas cuentan hechos que nos incomodan y que debemos afrontar, porque hay mentiras más agradables para sobrellevar lo cotidiano. En ese sentido, la ausencia de pensamiento crítico y el aumento del manejo emotivo de los hechos que se informan, conlleva comportamientos de complicidad hacia el engaño, renunciando incluso a los derechos sin presión aparente.
“Don´t Look Up” (No miren arriba) la reciente película de Netflix que es número uno en algunos países por estos días, es un ejemplo bastante útil para acercarnos una reflexión acerca del negacionismo que masivamente se extiende a nivel global. En la cinta se nos coloca ante la evidencia científica de una inminente colisión con un asteroide que puede destruir todo el planeta. En ningún sector del poder –desde el comunicacional hasta el político– se obtiene atención.
La parodia evidencia la superficialidad con la cual se reciben noticias diríamos en este caso “trascendentales” de “vida o muerte” y el colectivo simplemente no asume la verdad que se debe atender y gestionar.
Así mismo, los medios de comunicación y periodistas deben actuar bajo un concepto editorial responsable con la ciudadanía, innovando en las plataformas virtuales que brindan un potencial de crecimiento y oportunidad de pedagogía informativa hacia diversas audiencias lo cual puede redefinir su función social de comunicar e informar.
Fuentes consultadas: https://www.eafit.edu.co/medios/eleafitense/112/Paginas/informacion-posverdad.aspx, https://elpais.com/elpais/2017/08/22/opinion/1503395946_889112.html, https://www.otromundoesposible.net/posverdad-medios-de-comunicacion-y-conflictos-de-intereses/
excelente reflexion y de acuerdo en que esta pelicula pone en evidencia la realidad actual y como es desvirtuada acorde a los intereses politicos y comunicacionales, es una terrible realidad.