Curzio Malaparte, escritor italiano, nació en Prato como Kurt Erich Suckert, el 9 de junio de 1898. Desde muy joven simpatizó con el anarquismo y con el Partido Republicano de Italia. Al estallar la Primera Guerra Mundial se alista en la Legión Extranjera Francesa, sufre la derrota de Caporetto y en Francia es atacado con armas químicas que afectan su sistema respiratorio de por vida.
Asiste como diplomático al Tratado de Versalles y estudia en la Universidad La Sapienza (Roma). En 1921 publica un ensayo-novela sobre Caporetto y la incompetencia de los altos mandos (”La revuelta de los santos malditos”). En 1922 se afilia al Partido Fascista, forma parte de los “camisas negras”, dimite y se convierte en uno de los más brillantes intelectuales del movimiento.
Dirigió el semanario fascista “La conquista del Estado”, luego, a través de “La Voz”, comenzó a hacer oposición y en 1931 abandonó el partido. En París se hace visible con sus “Técnicas del golpe de Estado” y “El buen hombre Lenin”. En 1939 funda la revista antifascista “Prospectiva”.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue corresponsal de “La voz de Italia” y acompañó a los nazis en la invasión a Ucrania, siendo expulsado después. Sus máximas creaciones se publican: “Kaputt” (1944), la convivencia con los nazis, y “La piel” (1949), la liberación de Italia por los americanos.
En la post-guerra sufrió cierto rechazo y sus incursiones en teatro y cine no resultaron bien. Asistió, por invitación, a la URSS y a China y apoyó el comunismo. Después de su último libro “Malditos toscanos” (1957) fue hospitalizado, afiliándose al Partido Comunista y, a la vez, convirtiéndose al catolicismo.
Su obra es considerada una de las más representativas del siglo XX. Murió en Roma el 19 de julio de 1957.