Gustave Flaubert, novelista francés, nació en Ruan el 12 de diciembre de 1821, de padre médico y director del hospital local. Comenzó a escribir a los 11 años en la pequeña revista literaria Colibrí, firmada toda por él. Entró a la Universidad de París para estudiar derecho y nunca culminó. A los 15 años conoció al amor que, aún no habiendo cristalizado, lo acompañó durante toda su vida e inspiró su novela “La educación sentimental” (1869).
Viajó por Francia y, más tarde, por Egipto, Asia Menor, Turquía, Grecia e Italia, pero pasó el resto de su vida en la casa de Croisset, donde se dedicó a escribir. Era tímido, poco sociable, pero vigoroso, entusiasta e individualista. Sufría de epilepsia, se sostenía a base de rentas patrimoniales y tuvo como compañera sentimental durante una década a la poetisa Louise Colet.
La obra de Flaubert no es extensa, pero sí relevante e influyente. Cada producción le tomaba años, le obsesionaban el estilo y las descripciones muy bien documentadas. Más allá de lo que relataba, era importante el cómo lo relataba. Se le considera romántico, realista (uno de los tres grandes junto a Stendhal y Balzac), y naturalista junto a Zolá y Maupassant.
Su primera novela, “Madame Bovary” (1857), resultó su obra maestra. Produjo más escándalo que admiración, era “un retrato escrupulosamente veraz de la vida”, fue llevado a juicio y finalmente liberado. Con el tiempo ganó aceptación, superando, incluso, a otros autores. Destacan también su novela histórica “Salammbó” (1862) inspirada en Cartago, y “Tres cuentos” (1877).
Considerado uno de los grandes novelistas occidentales, tuvo influencia en importantes escritores del siglo XX como Kafka y mucho se ha escrito sobre él.
Falleció el 8 de mayo de 1880.