José Enrique Rodó, ensayista y pensador uruguayo, nació el 15 de julio de 1871 en Montevideo, en el seno de una familia acomodada venida a menos. Aprendió a leer a los 4 años y desde entonces fue un ávido lector interesado en literatura e historia.
Comenzó a trabajar a los 14 años como ayudante de escribanos y nunca concluyó sus estudios universitarios. Trabajó como periodista colaborando con críticas literarias, artículos y poesía, fue co-fundador de la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales (1895-1897), en la que publicó sus ensayos “El que vendrá” y “La novela nueva”, y fue profesor de literatura en la Universidad de Montevideo.
Su amor por los pueblos de América impregnaban sus escritos y su pensamiento traslucía preocupación por un creciente patrón de vida materialista que dejaba de lado valores espirituales, éticos y morales. Desarrolló una postura según la cual promovía el autoescrutinio individual como base para la acción por el bien de todos y el uso de los propios recursos espirituales, morales e intelectuales para una vida plena.
Su obra cumbre, “Ariel” (1900), dirigida a la juventud, expone estos pensamientos, la cual alcanzó amplia difusión en toda la América hispana, tuvo influencia internacional y lo hizo acreedor de gran reconocimiento. Otros ensayos son: “Motivos de Proteo” y “El mirador de Próspero”; también escribió sobre Rubén Darío, Bolívar y Juan Montalvo. Toda su obra, enmarcada en el modernismo, demuestra contundencia expresada mediante un lenguaje casi poético lleno de color y melodía.
Participó en política, decepcionándose del camino que llevaba el país, e intentó un par de emprendimientos que fracasaron. En 1916 fue corresponsal de la revista argentina Caras y Caretas en Europa y sus publicaciones traducían desilusión y tristeza.
Falleció el 1 de mayo de 1917 en Palermo, Italia.