La quimérica figura del amor, absolutamente platónico, idealizado en el personaje de Dulcinea, era para el caballero de la triste figura, Don Quijote, la belleza de lo lejano que debía resguardar, como ese horizonte que, al acercarse, perdería.
La última montaña, el ultimo valle, laguna, mar o planicie que nuestros ojos alcancen a ver, será siempre una invitación, un silbido, que resuena en nuestro interior como una llamada, un reto, una aventura. Pero si dirigimos nuestra mirada hacia arriba, la estrella más lejana que podamos divisar en el firmamento, pareciera con su titilar, de igual forma, reclamarnos.
Es que la vida es en sí, un constante pulso y un inevitable impulso. Al observar el manto estelar en una clara noche, todas esas pequeñas luces a nuestro alrededor nos hacen pensar en residuos flotantes de una gran explosión o sacudida. Polvo brillante y luminoso esparcido por doquier.
Normalmente pensamos en la evolución como un proceso ascendente y la degradación como un proceso inverso y descendente. Pero estos son meramente, conceptos que elaboramos y fijamos. Juicios que provienen de nuestro razonamiento, siempre determinado por la dimensión tiempo y espacio en que habitamos.
En la consciencia sin perspectiva o punto de vista, es decir en una realidad absoluta, no habría arriba ni abajo, o como lo traduce El Kybalión, para mayor entendimiento, como es arriba es abajo, y quizás como es a la izquierda es a la derecha.
La explosión de un todo único y primigenio, en el gran momento creativo, dispara desde su núcleo vectores a todas las direcciones. Una cruz primaria surge, origen de todo triangulo, y diversificando sus rayos se proyecta como una estrella de cinco puntas, pancha, pentágono. Es el Hombre de Vitruvio, de Leonardo, girando constantemente. Aparece el reflejo del doble triangulo, la estrella de seis puntas. Esta luminosidad multidireccional unida en sus vértices crea todas las formas posibles de la geometría sagrada, formando siempre el dodecaedro, el molde de la esfera. Todo lo que gira se redondea.
Partiendo de la idea del Brahma, eterno momento creador, explosión o Big Bang, las semillas son esparcidas por doquier, sosteniéndose, acomodándose y estabilizándose gravitacionalmente. Orbitando perfectamente, en la armonía de una gran orquesta en la batuta de un director, Vishnu. Para luego trascender de la música a la danza cósmica que, en su giro, inevitablemente y como torbellino removerá todo, promoviendo, después de esta experiencia mágica, el retorno al centro de origen. Como un padre, Shiva, que regresa a buscar a sus hijos al colegio para llevarlos de nuevo a casa. Así comenzara un nuevo ciclo, esta vez en una octava superior.
Entonces, ¿en qué dirección va la evolución en la Tierra? Cada momento tiene una especial tendencia y esto está direccionado por la posición de los astros que, desde sus distintos ángulos, irradian luces particulares sobre nuestro planeta, entendiendo todo este universo, que astrológicamente pareciera girar a nuestro alrededor, no como un ente ajeno y distante, sino como parte de nuestro propio sistema. Las Yugas y particularmente las eras astrológicas como tal, surgidas por la inclinación del eje terrestre en el movimiento de precesión de los equinoccios, con duraciones calculadas en 2.160 años por muchos astrólogos, orientales y occidentales, han direccionado la evolución tanto espiritual como vocacional en la tierra.
La era actual, KUMBHA o era del ACUARIO, de cualidad POSITIVA iniciada el 21 de marzo de 1948 a 0° grados de la constelación de Aries o El Cordero, fue anunciada como Era Nuclear por la detonación de la bomba atómica sobre Hiroshima en 1945 marcando el fin de la negativa era anterior o era de PISCIS.
ACUARIUS está asociada al elemento AIRE. Resulta relevante que el interés de las grandes potencias mundiales en nuestros días vaya dirigido a la conquista del espacio, a través de los viajes espaciales, la instalación de satélites orbitando la tierra, el desarrollo de telescopios con alcances sin precedentes, sondas espaciales y sobre todo la tecnología de la telecomunicación. La palabra clave de la era del Acuario es SABER, y nadie se sorprende ante los alcances de la ciencia y la tecnología, llegando a terrenos tan sorprendentes como la física cuántica, la Inteligencia Artificial y la Robótica. El planeta que rige a Acuario es URANO, y Urano es el planeta de los cambios repentinos e inesperados, que rige la libertad y la originalidad. ¿Suena familiar?
Desde un punto de vista absolutamente teórico y espacial, la evolución espiritual va de la mano con la evolución material natural, debiendo ser esta, un espiral vertical y ascendente. Pero no necesariamente sucede así, en una naturaleza intervenida y acomodada por el hombre según su pretendida conveniencia, su crecimiento es horizontal. ¿Podría esto generar una especie de desbalance o desequilibrio evolutivo?
El cuerpo material está dirigido por otro más sutil que lo impulsa y lo moviliza, esa fuerza es el deseo, la motivación o la voluntad. Pero ese cuerpo de emociones a su vez está dirigido por otra inteligencia una estancia más elevada, que es la mente, el propósito racional, que organiza todos los sistemas. Sin embargo, esa mente no llega a vislumbrar la verdadera dirección o el alcance de todo, y se convierte en obstáculo, es cuando debe ser cercenada y restituida por una inteligencia superior o búdica, evolución representada por Ganesha en la mitología hindú. Todo esto al servicio del ser que en un principio permanece como testigo de si mismo, de sus vehículos que como rayos de una estrella se disparan para luego en una fuerza centrípeta, YOGA, regresar al verdadero núcleo, corazón o Hridaya, de donde todo alguna vez y siempre se vuelve a proyectar.
El hombre evoluciona en todos sus aspectos, o cuerpos. Esto es movimiento, vida, que Inclusive al estancarse, como el agua y perder sus propiedades, inicia un crecimiento propio, en dirección distinta o inclusive inversa, pero nada permanece estático. Los errores del hombre, las heridas a su misma naturaleza infringidas por su ignorancia durante el proceso de la evolución o aprendizaje se encargan de su mismo ajuste y corrección, absolutamente necesarias para retomar el impulso en una octava superior.
Mas siempre vislumbraremos un horizonte, otro horizonte, y también una estrella, otra estrella más allá, que como Dulcinea nos hará soñar, enloquecer y seguirla hasta la eternidad.
Fuentes.
-Serge Raynaud de la Ferriere. Simbolismo Astral /Propósitos Psicologicos Vol.III Ediciones GFU. México 1976
Gracias es un articulo instructivo alcansar acomprdxer bien como es ariba es abajo todo en si es El uno
Hermoso, la dinámica de la vida y el cosmos, resumida de una forma tan didáctica.
Interesante artículo mas creo que el hombre estuviera evolucionando a nivel de tecnología y quedándose a nivel humano lo cual seria mas bien un retroceso, veo el mundo cada vez mas complicado en aspectos de tipo social
Me ha encantado esta lectura!! Muy profunda y a la vez clara y precisa. Qué podamos vislumbrar siempre nuevos horizontes en propósito y al servicio del Ser! Om Namaha Shivaya!