“Todo es sufrimiento para el sabio” escribió Patanjali.1 “El cuerpo es dolor porque es el lugar del dolor; los sentidos, los objetos, las percepciones, son sufrimiento porque conducen al sufrimiento; el placer mismo es sufrimiento, porque el sufrimiento le sucede”.
Para poder hablar de gozo, de bienestar, debemos contrastar con algo, solo así podemos definir y valorar lo que es el bienestar, es por esta razón que tiene sentido la experimentación en este plano dual, sin embargo, la humanidad perdió la brújula ya que se quedó en la experimentación de los sentidos.
Lo dice el primer principio del Kybalión: Todo es mente, el Universo es mental, no es de extrañarse lo que estamos viviendo en este plano físico. El dolor ha generado estragos en este planeta, lo sigue y lo seguirá haciendo, es cuestión de ver cómo nos vamos desfragmentando cada vez más colectivamente, ya no hay concilios, se forman nuevos grupos y divisiones en todo ámbito, nos identificamos con algo, con alguien y atacamos a lo que pensamos no nos representa; con las redes en su máximo apogeo y la manipulación se puede ver que existe un mayor rechazo y miedo a lo desconocido. Cada día se imponen nuevas fronteras, y la consecuencia es que nos distanciamos del otro, del todo, de nosotros.
En la filosofía del Samkhya se afirma que en el hombre está el deseo de escapar a la tortura de los tres sufrimientos: la miseria celeste (producida por los dioses), la miseria terrestre (causada por la naturaleza), y la miseria interior u orgánica. Este es el fin propio del hombre. Desde el punto de vista de la Filosofía y la Psicología, la felicidad es la consecuencia normal de un funcionamiento correcto del ser humano.
El hombre está hecho para ser feliz. Como dijo Yogananda, el hombre puede suicidarse para poner fin a un sufrimiento, creyendo que de ese modo (erróneamente) alcanzará una verdadera satisfacción o alivio). 2 Así mismo, las motivaciones más altruistas y las intenciones más sinceras de obrar en beneficio de la humanidad han surgido de la necesidad básica de aproximarse al Gozo Supremo.
Como señala Mircea Eliade, “la revelación del dolor como ley de la existencia puede considerarse, al contrario, como la condición necesaria de la liberación”, el problema es que una persona se adapta y habitúa mucho antes a una situación de bienestar y felicidad que a una situación dolorosa o de pérdida,3 por lo que nos quedamos en la negación del dolor y buscamos llenar esos vacíos con cosas externas que nos generan una satisfacción temporal y un estímulo a los sentidos.
Según estudios, la ciencia calcula que la felicidad dura un máximo de 2 años, después disminuye y hay que buscar otro estímulo4. Es por esto que el ser humano se encuentra constantemente buscando nuevos placeres para poder generarse esa satisfacción insaciable, sin entender lo que nos han dicho los grandes Avatares; al estar creados a imagen y semejanza de Dios, nuestro alcance es Cósmico.
Este debería ser nuestro Propósito Mayor, sin embargo, existe incluso un rechazo inconsciente hacia nuestra verdadera esencia, como afirman las escuelas de desarrollo de consciencia: la humanidad decidió no despertar, al no existir sanación seguimos generando Karma, caos.
Es indudable que como colectivo hemos llegado a ese engaño, evadiendo nuestra responsabilidad sobre toda esta crisis cada vez más palpable y culpando a otros por todo lo que estamos generando al planeta, sin comprender que la mejor ayuda que podemos hacer es alcanzar el Gozo Eterno, el Samadhi y deshabitar este planeta.
Fuentes
1 Yoga Sutra, II, 15
2 La Ciencia de la religión, Capítulo I
3 https://www.vocaeditorial.com/blog/la-felicidad-dura-poco/#:~:text=Entre%20las%20nueve%20leyes%20universales,situaci%C3%B3n%20dolorosa%20o%20de%20p%C3%A9rdida.
4 https://www.20minutos.es/noticia/2243339/0/cuanto-dura/felicidad/ventajas-salud/