La Segunda Guerra Mundial es, en la conciencia colectiva del ser humano, una de las más grandes heridas, acaso supurante todavía, pues a partir de ella se puso en entredicho la “humanidad” misma de nosotros como raza. Muchas han sido las representaciones cinematográficas que han querido plasmar el dolor, la crueldad y la tortura de ese régimen nacionalsocialista/nazi que promulgaba la extinción de la raza hebrea, primero en Europa y luego en el mundo. Son los recuerdos que tenemos de un episodio oscuro en nuestra historia más reciente, evidencia de un nivel de violencia y barbarie pocas veces igualado por el hombre.
“Mussolini, se aliaba con el régimen de Hitler,
dentro de las ciudades invadidas se
formaban guetos en donde se hacinaban
comunidades enteras de Judíos…”
La guerra fue declarada en 1939 por Inglaterra y Estados Unidos, alianza a la cual se sumaría Rusia más adelante, después de que las tropas alemanas en cabeza de Adolf Hitler, invadieran Polonia y comenzaran con la matanza del pueblo judío de ese país. Varsovia, Krakovia, y más… la faena de Hitler irrumpió en Rusia para cuando ya la guerra era inevitable. Paralelo a esto, los nazis bombardearon Londres y otras ciudades del Reino Unido, prácticamente todos los días, por meses y años, haciéndole frente a ese país que a cargo de Winston Churchill habría de acabar con ellos unos años después.
Mientras ocurría la guerra, e Italia, guiada por Benito Mussolini, se aliaba con el régimen de Hitler, dentro de las ciudades invadidas se formaban guetos en donde se hacinaban comunidades enteras de judíos a manera de prisión e incluso de centros de exterminio. Aushwitz, Amersfoort, Banjica, son algunos de los nombres de estos campos de concentración. Sabemos que ese fue el momento de la degradación más insólita de los derechos humanos, al punto que describir sus detalles sería innecesario, casi insoportable. Las fotos de los campos de miles de cadáveres (mujeres, niños, bebés…) con rostros incendiados han sido suficientes. Basta con aprender de nuestra historia para, ojalá, no volver a repetir algo así jamás.
“Ese fue el momento de la degradación más
insólita de los derechos humanos, al punto
que describir sus detalles sería innecesario…”
El próximo 27 de enero es el día internacional de conmemoración de las víctimas del Holocausto. La fecha alude al momento cuando las tropas soviéticas liberaron, el 27 de enero de 1945, los campos de concentración y exterminio nazi. En estos tiempos, intentar una aproximación desapasionada al fenómeno, por más arduo que sea, nos permite mirar hacia otras matanzas colectivas con el fin de entender el problema de fondo, tanto más execrable como el fundamento esencial que las ha movido a todas: el control absoluto de las consciencias. Queda la reflexión para el ser humano consciente, quien conociendo sus sombras es capaz de escalar hacia su luz.
Un caso no es peor que otro por sus estadísticas. Sin embargo, vale la pena decir que el número de muertos que dejaron las revoluciones rusa y china son significativamente superiores a la barbarie nazi. Joseph Stalin y Mao Zedong pueden ser considerados autores de un genocidio incluso mayor que el de Hitler. De allí se sigue el hecho de que no por estar abanderados en una izquierda supuestamente más humana y socialista entonces no se hace la guerra violentando derechos humanos adrede. Más allá de la polarización política debemos reconocer que es algo esencialmente humano aquello que está en juego cuando se hace la guerra.
Quedaría mucho por decir al respecto de Hitler y los nazis, sin embargo. Sabemos por ciertos investigadores audaces, que mucho quedó oculto tras ese intento de instaurar una supremacía genética de una supuesta raza aria ante la impureza con la que se había catalogado a la raza hebrea. Sabemos de la participación de logias iniciáticas que contribuyeron a esta contingencia. Magos, astrólogos como el mismo Aleister Crowley, entre otros. Es una honda herida, que partió en dos nuestra historia e hizo que las generaciones posteriores, las ciencias, la academia, la sociedad, la filosofía, la literatura, el arte, etcétera- se preguntara de una forma profunda qué es realmente lo que nos hace ser humanos, pues parece ser que eso mismo estaba en juego en aquel entonces.
Sea como sea es menester sanar, perdonar, resolver internamente todo ese dolor colectivo que sigue palpitando allí sin dejarnos avanzar. No se trata solo de aprender de la historia, sino de apropiarla y redimirla en nosotros, pues contenemos la totalidad de la historia en nuestra conciencia. Eso siempre será lo más importante.
Fuentes: https://www.youtube.com/watch?v=48-qYKjbx08&ab_channel=caiusiuliuscaesar, https://www.youtube.com/watch?v=5NDzSmLOtLo&t=2407s&ab_channel=Goldenmedia
Tanta barbarie encierra el concepto humano , pues hemos hemos madurado Destro de la caverna de Platón, no nos atrevemos a salir, a enfrentarnos a nos otros mismos como especie. La luz que trae la verdad nos hará totalmente libres, expandirá esa conciencia retrógrada, avara, impiadosa, dominante… Solo debemos dar vuelta, dejar de ver aquello que se refleja en el muro de la mentira pero q compone nuestra zona de confort y dejarnos iluminar por el sol….dejar q nos duela, llorar…y si se puede perdonarnos en la memoria colectiva. Amén gracias
Que articulo tan interesante.
La historia no se puede olvidar.
Agradecida, por estos artículos.
Puedo aceptar, perdonar, seguir así mi camino evolutivo de sanación en mi 🥰🥰🥰
Excelentes artículos q m permiten trascender. Gracias Gracias. Gracias
Lo siento, perdon, gracias te amo
Agradecida por esta síntesis del suceso, muy bien plasmada.
Siempre aceptaron la reercarnación los judíos ..Està en Elías…fue el dominante catolicismo quien lo vetó
Esta muy bien escrito. Parte de mis ascendientes murieron allí o debieron huir y vivieron en América del Sur. Deseaba , ya que están en el tema, si pueden buscar , hace 20 o 25 años, un gran rabino de Israel, comentó y fue publicado en periódicos, que lo recuerdo en Argentina, sobre las almas o seres que pasaron por ello, debían hacerlo por su karma, en otras palabras. Era la primera vez que comprobaba, del punto de vista judío, las vidas pasadas . Quizás les sea interesante. Muchas gracias por vuestro trabajo.
Anoche, coincidencialmente vi la película Jojo Rabbit, esa comedia histórica sobre el final de la segunda guerra mundial, y donde la subjetividad se hace presente a través de la vida de un niño, que prácticamente desde su temprana niñez tiene que decidir, ante la degradación que los nazis hacen de los judíos y de si mismos (en la película), y la perdida de lo que fue su primer amor (su madre), escoger hacia donde plegarse; la luz, encarnada en una niña judía y la oscuridad encarnado por un Hitler imaginario desfasado de si mismo. Tal como dices, sanar, perdonar, resolver internamente, es lo único que nos permitirá avanzar. Muy buen articulo.