A lo largo de la historia podemos observar cómo, a nivel individual y colectivo, hemos venido transitando por distintas polaridades, y nos vamos a detener en una; calamidad y progreso, solo por mencionar una de las más influyentes en el hombre. Lo primero que tendríamos que advertir es que vivimos en un mundo en el que hay más misterios que puzles (Kay / King 2020, 49). La vida puede dar un cambio drástico por eventos muchas veces inimaginados; económicos, sanitarios, climáticos, etcétera.
Tal vez, es por esto que hoy en día se escucha mucho la palabra resiliencia, que es la capacidad de recuperarnos de situaciones difíciles. A lo largo de la historia podemos ver cómo el ser humano ha logrado salir de crisis y alcanzar un presente incluso mejor.
El dolor es el más piadoso benefactor del hombre pues a menudo le revela su estado crítico a tiempo para aplicar un remedio. Sin embargo, cuando enferma la razón debido a alguna actitud anormal, el afectado es el último en ver los síntomas.1
Por otro lado, es importante tomar en cuenta que, para el referente colectivo, el estar mejor se puede referir a netamente un plano físico, material o económico, muchas veces sin considerar el costo interno y externo, haciendo caso omiso al momento presente, evitando los sentimientos, las emociones, el entorno; negando y negándose. Por lo que el levantarse, reconstruir y mejorar no necesariamente es sinónimo de proceso, muchas veces llega a ser una simple fachada de lo verdadero, y así nos vamos llenando de capas que nos hace cada vez más insensibles.
Es la reconstrucción interna lo que realmente vale y lo que diferencia a un ser consciente, despierto, de un ser dormido. Existen ejemplos de personas que en momentos críticos han podido salir de estos huecos por medio de un manejo de emociones, manteniendo sobriedad y tranquilidad, lo que les ha permitido tomar decisiones con discernimiento, lo cual han incidido favorablemente en el resultado de los acontecimientos.
Por otro lado, no necesariamente una acción aceptada o vista como buena en la sociedad significa que realmente sea un progreso, más allá de una acción, a un manejo o control de emociones se debe llegar a una acción consciente. Dos personas pueden realizar una acción que sean aparentemente iguales, pero no necesariamente generarán el mismo impacto a otras personas y mucho menos a uno mismo.
De allí la importancia del trabajo interno, ya que conforme vamos sanando, nuestras acciones estarán más alineadas a la luz, y la consecuencia que esto genere será importante. Tomemos en cuenta la ley del Karma, por lo que la intención y el discernimiento es importante. Mientras estemos más libres de influencia kármika, más fácil sabremos qué es lo correcto. En otras palabras, mientras mis acciones se encuentren impregnadas de miedo, representadas en el odio, rabia, inseguridad, la impregnación será diferente a realizar la misma acción impregnada de amor, luz, verdad, entre otras.
¿Cuántas cosas podríamos evitar si actuáramos conscientemente? Uno se puede referir a libros sagrados para llegar a un espacio – tiempo donde se actuó desde ese estado consciente, como por ejemplo el Paraíso o Ayodhya, donde existía un equilibrio, ya que los seres estaban alineados a la Ley.
En conclusión, si realmente buscamos progreso, no es necesario esperar a la calamidad, sino buscar el desarrollo de consciencia. Esto es algo que se viene diciendo en Escuelas serias, ya que los tiempos lo piden: hay que acelerar.
Fuentes Consultadas
1 Palmer Hall, Manly, El recto pensamiento
Que hermoso debate. Yo justamente pensaba en el progreso. A mis 41 años me sigo replanteando cosas y ahora con mas ganas, muchas veces pensando que tipo de progreso busco. Ya no busco mas, vivo lo que es. Aunque muchas veces me invade el miedo.
También, habría la posibilidad, para muchos o pocos, de no buscar ni anhelar más progreso, o ningún progreso. La sola aceptación de lo que soy y de lo que he sido, de lo que tengo y de lo que carezco, me ha dejado orillado en la penumbra del progreso, sin computador portátil y sin ganas de interactuar ni con la IA ni con la no IA.
Gracias Martín por traer un debate actual y necesario, para conversarlo.