Es paradójica la forma como en muchas ocasiones nos aproximamos a lo externo, al considerar que nuestras expectativas sobre algo recibirán respuesta o resonarán de tal manera que obtendremos lo que damos por hecho.
Nada mas lejano a la realidad que está regida por leyes que, aunque desconocemos, operan de manera exacta y en balance. Nos ahorraríamos muchos desencantos y reclamos si nos avocáramos un poco más a experimentar con mayor consciencia lo que la vida es.
A veces nos encontramos con escenas no esperadas donde se nos dan muestras de algo que no hemos experimentado o nos corresponde para reconocer, sentir o dar alivio a alguna situación, y pasamos por alto lo sublime y hermoso que contiene ese presente, desestimando lo que nos brinda.
La incapacidad de estimar el encanto en las personas, los lugares y los momentos de la vida, sugiere una reflexión para la cual el escritor y filósofo estadounidense, Ralph Waldo Emerson aportó una frase memorable al afirmar que “Aunque viajamos por todo el mundo para encontrar lo bello, debemos llevarlo con nosotros, o no lo encontramos”.
Esto nos coloca en un lugar de responsabilidad respecto a nuestra percepción de lo espléndido y agradable en todo. La experiencia de la belleza parte de una actitud. No pareciera posible apreciar y valorar nada en lo externo sin que algo de valor y aprecio haya hacia nosotros, es como una variable requerida para que la ecuación funcione.
Experimentar un momento desde una actitud y conexión específica, logra acercar o alejar al sujeto del encanto inédito que este ofrece; lo cual es un llamado a que cada vez más nuestra disposición sintonice desde el sentir interno para alcanzar la frecuencia desde la cual lo hermoso en todo se ofrenda.
¿Dónde se origina la resistencia que nos aleja de una disposición interna que resuene con esta vibración de lo bello en todo?
Y podría asociarse con la desconexión interna tan limitante con la cual nos movemos por la vida, esperando que de afuera venga lo que primero debe darse dentro. Nada más cierto que esta premisa que Emerson nos trae parafraseando principios espirituales y fundamentos de ley bajo los cuales operan los planos evolutivos donde nos proyectamos.
Siempre será posible alcanzar el estado del Ser desde el cual nuestra experiencia de vida esté en armonía y balance, permitiendo un intercambio de recíproca luminosidad y encanto con todo. Es algo gradual y progresivo que se construye cada día desde una disposición que configura una actitud y una respectiva acción.
Es un llamado a vivir conscientes del hoy viviéndolo con plenitud, con los 5 sentidos en cada una de nuestras palabras y acciones disfrutando de verdad este bello planeta en que vivimos , las personas con quienes compartimos nuestras vidas, y todo lo que genera paz y armonía a nuestro ser .
Formidable….nada mas ke agradecer…Om Namaha Shivaya!….