Luis de Góngora, poeta y dramaturgo español, nació el 11 de julio de 1561 en Córdoba. Su padre era juez y humanista, su madre era noble. Educado en casa, aprovechó ampliamente la importante biblioteca paterna. Asistió a la Universidad de Salamanca y rápidamente ganó reputación como poeta.
Tomó órdenes religiosas menores para lograr beneficios de la iglesia, sin embargo no obtuvo el sacerdocio sino a los 55 años, llevando una vida de precariedad económica. Fue canónigo y racionero de la catedral cordobesa y acompañó el cabildo a diversos lugares de España, pero las aventuras amorosas, el gusto por el juego y la tauromaquia, le hicieron ganar una amonestación del obispo. Asimismo, fue capellán de Felipe III.
Solía componer letrillas, romances y sonetos, sátira y lirismo. Su obra se enmarca en el barroco y el culteranismo/cultismo, caracterizada por un estilo sumamente oscuro, complejo, de desarrollos paralelos y vocabulario rebuscado realzado por hipérboles e hiperbatones, de difícil lectura. Dicho estilo generó mucha crítica, aunque también defensores, y personalmente le enorgullecía.
Entre sus poemas largos más conocidos y controvertidos están “Polifemo y Galatea”, “Soledades” (ambos 1613) y “Fábula de Píramo y Tisbe” (1618). De su autoría se rescatan tres piezas teatrales: “Las firmezas de Isabela”, “Comedia venatoria” y la inconclusa “El doctor Carlino”. La única prosa hallada es el más de un centenar de cartas de gran valor como testimonio histórico. En la época su obra no llegó a publicarse, sino que se difundió a través de copias manuscritas.
Alto exponente del Siglo de Oro y feroz rival de Francisco de Quevedo, su obra fue revalorizada en el siglo XX y celebrado el tricentenario de su muerte (1927) por un grupo de poetas conocido como la Generación del 27.
Falleció el 23 de mayo de 1627 en Córdoba.