En las dinámicas diarias, frecuentemente se utilizan palabras como erudición, inteligencia, sabiduría, conocimiento y cultura, casi de manera intercambiable para definir una persona que uno admira o estima por su mente. Pero, así como hay diferentes formas de inteligencia, hay diferentes maneras de adquirir conocimiento, de retenerlo, de utilizarlo. Y más allá de dar una idea general sobre capacidades mentales y de desarrollo cultural, las palabras mencionadas tienen matices de significado distintos.
El término erudito, refiere a quienes ostentan un amplio conocimiento teórico en variados o específicos campos científicos o de artes. El erudito, en otras palabras, es quien se ha tomado la tarea de leer y consumir documentos científicos, filosóficos, etc.
Leyendo sobre la gramática y la etimología del término, me crucé con un texto de la Academia Gnóstica, de Torino, que destaca una curiosa característica de la palabra, y es la de tener un tiempo gramatical en pasado. Esto nos da índice, de que el significado tiene que ver con una acción que ya ocurrió, en este caso, la acción de lectura y de estudio. Se trata de acumular información por acumular, por estatus y para podernos decir doctos o cultos.
El filósofo contemporáneo italiano Giovanni Lamagna compara la erudición a un “almuerzo donde no hubo digestión”, es decir no hubo asimilación de los alimentos engullidos. Un almuerzo donde la comida se queda en el estómago y ahí permanece o se elimina sin haberlo integrado de forma adecuada por el organismo.
En el artículo mencionado de la Academia Gnóstica, se define la erudición como uno de tres estados’, junto con el entendimiento y la sabiduría (sapienza y saggezza en italiano).
El primer estado entonces, como ya lo indicamos anteriormente, refiere a un cúmulo de información insustancial, y, en relación con esto Schopenhauer expresó. “Cuando observo la imponente erudición de esa gente que sabe todo, a veces, me viene decirme: ¡qué poco debe haber tenido que pensar un tipo semejante, si ha podido leer tanto!”.
El segundo estado, el entendimiento, es digerir la información y asimilar la capacidad de discernimiento. Si la erudición habla de la capacidad de la memoria, el entendimiento es la comprensión. Finalmente se llega a la sabiduría, que se diferencia del entendimiento porque es su aplicación en la vida. Es llevar la vida a lo que se sabe debe ser, y volverse uno mismo ejemplo. Es la experimentación en primera persona de lo aprendido y entendido. “La sabiduría es vivir la vida con sabiduría”.
El primer debate que recuerdo acerca de la erudición tuvo lugar durante mis estudios colegiales de la filosofía griega, y en particular de Sócrates y de los Sofistas. Los sofistas son filósofos que fundamentan su filosofía en la teoría que la verdad absoluta no existe, lo que existe son verdades individuales y estas coinciden con las opiniones del individuo. “El hombre es la medida de todas las cosas”.
Paralelamente a las verdades, según esta corriente, no existe el bien absoluto, de ahí que “se puede imponer con cualquier medio la propria verdad y el propio interés a el del otro”. Aquí nace y florece la retórica, utilizada para mover el proprio conocimiento para, imponer la propria opinión sobre las de los demás.
Con la retórica y la oratoria pierde importancia la cualidad de la opinión y se vuelve más importante el saber cómo justificarla. Sócrates, quien es famoso, entre otros pensamientos, por su máxima “Solo sé que no se nada’, dedicó su vida a el diálogo y al uso de preguntas progresivas con el objetivo de “parir la verdad” o la comprensión (Mayéutica), a través del desmontar de las ideas falsas para llegar así a una auto observación de la propria comprensión o falta de comprensión.
Sócrates buscaba realmente educar a las personas, desde su convicción que “quien tiene el conocimiento de que es el bien y que es el mal nunca va a actuar mal”. Optimismo epistemológico, en otras palabras, él buscaba una sabiduría colectiva.
Los sofistas recuerdan, de forma preocupante, el movimiento contemporáneo de la “censura cultural” donde la opinión es lo que adquiere más importancia, y la retórica se utiliza como si fuera más real que el sentido común. Es un regreso al buscar erudición para justificar opiniones, en vez de buscar conocimiento para desarrollar consciencia.
Fuentes:
https://www.gnositorino.it/erudizioneesapienza/
https://giovannilamagnafilosofia.wordpress.com/2016/02/28/erudizione-sapienza-saggezza/
http://www.culturanuova.net/filosofia/1.antica/sofisti.php
Al tratarse de Sócrates, se dice que no escribió ningúna obra y las que existen sobre él, la hicieron sus discípulos, con inclinaciónes filosóficas de cada uno que que se dignó esribir.
El Filósofo más grande, Sócrates, decía: » yo tengo el mismo oficio de mi madre. Ella hace parir a las mujeres (partera) y yo hago parir a las palabras»..
Gracias muy interesante 🙏🏽
Me encantò, seria buenisimo continuar con profundizando, super interesante! Gracias!