El reciente lanzamiento del dispositivo Apple Vision Pro [1] ha puesto sobre la mesa la discusión sobre la inminencia de la “realidad aumentada” tecnológicamente. Se trata de una nueva iniciativa para condicionar nuestra habitabilidad en este mundo, en una sociedad que de por sí ya condiciona la existencia y el intercambio con cada vez más matices digitales. ¿Qué implicancias puede tener la masiva adopción del Apple Vision Pro y demás tecnologías de realidad mixta para la vida consciente?
La promesa del Apple Vision Pro
Este nuevo dispositivo ha sido anunciado para inicios del año 2024 y actualmente muchos de sus detalles técnicos se mantienen en reserva [2]. Por ahora sabemos que se trata de un visor de realidad mixta muy potente con un diseño elegante y dos pantallas micro-OLED de gran nitidez, el cual puede ser operado por el usuario a través de movimientos oculares y manuales o comandos de voz. Esto gracias a sus 12 cámaras, 6 micrófonos y 5 sensores con los cuales puede hacer un mapeo completo del usuario y su entorno.
Se utiliza el término “realidad mixta” porque este dispositivo permite controlar el grado de inmersión en la experiencia artificial, desde la realidad aumentada hasta la realidad virtual. La realidad aumentada refiere a la posibilidad de extender la interacción con el mundo a través de medios digitales, lo cual este dispositivo hace posible con su sistema operativo visionOS.
Así, por ejemplo, se puede tener una experiencia 3D al momento de usar los aplicativos iOS distribuidos en el campo visual y situados en el ambiente en el que se encuentra el usuario. Esto incluye, por supuesto, experiencias más inmersivas de entretenimiento al momento de ver películas o eventos deportivos o jugar videojuegos, aspectos en los que grandes compañías como Disney o Marvel ya se encuentran trabajando.
Hacia una realidad mixta
El nuevo visor de Apple sin duda constituirá un hito en la difusión de las tecnologías de realidad aumentada y su progresiva adopción masiva. Cuando esto ocurra y efectivamente nos encontremos en la era del cómputo espacial – la informática volcada al mundo 3D y ya no encerrada en los ordenadores o móviles – afrontaremos cambios dramáticos en nuestra forma de habitar este mundo y experimentar nuestra consciencia.
Pensemos, por ejemplo, en la manera en que creamos memorias autobiográficas. Nuestro sistema natural para registrar experiencias y luego poder recrearlas basado en nuestro sistema nervioso competirá con la posibilidad de los visores de realidad mixta para tomar fotos y vídeos 3D de lo que ocurre frente a nosotros. Se abrirá entonces la posibilidad de re-experimentar sensorialmente con exactitud un evento de manera ilimitada e incluso manipularlo a voluntad a través de comandos de voz.
Y esto podría no limitarse a eventos pasados. La propia realidad presente podría ser filtrada en tiempo real para que el usuario experimente solo aquello que es tolerable o gratificante, optando deliberadamente por excluir aspectos específicos de su realidad externa materializada como consecuencia de sus acciones. En suma, una mayor enajenación y desconexión hacia las realidades cósmicas que están más allá de las mentes autocentradas y capturadas por deseos alimentados artificialmente.
Y cada vez más control
Entre tanta ilusión con el avance técnico y la expectativa de experiencias inmersivas artificiales de una mayor gratificación sensorial, un aspecto que está pasando desapercibido es la amenaza a la privacidad que representan los visores como el Apple Vision Pro [3]. Estos dispositivos cuentan con una gran cantidad de sensores precisos que realizan un mapeo constante e inteligente del usuario y su espacio circundante, con lo cual genera datos sobre su comportamiento cotidiano, preferencias, estados internos, entre otros.
De este modo, el nivel de invasión a la privacidad que representan los dispositivos móviles conectados a internet, será amplificado con dispositivos que recogen todavía más información sobre el usuario y tienen una mayor capacidad para manipular su comportamiento a través de estímulos audiovisuales de alta calidad. Podemos anticipar, por ejemplo, publicidad 3D presentada frente a nuestros ojos a partir de un fino análisis de nuestros comportamientos, pensamientos y emociones realizado por un algoritmo de inteligencia artificial.
Visto así, la invitación es a acrecentar nuestro tiempo de permanencia en el espacio íntimo al que estas tecnologías todavía no pueden acceder: Pratyahara, Dharana, Dhyana y Samadhi.
Ahí donde está nuestra Verdad y desaparece toda ilusión.
Referencias
[1] https://www.apple.com/newsroom/2023/06/introducing-apple-vision-pro/
[2] https://www.tomsguide.com/news/apple-vr-and-mixed-reality-headset-release-date-price-specs-and-leaks
[3] Smith, C. H., Molka-Danielsen, J., Rasool, J., & Webb-Benjamin, J. B. (2023). The world as an interface: exploring the ethical challenges of the emerging metaverse.
Exclente…Gracias…A intimar cada vez mas con nosotros mismos …solo dentro de cada uno podemos encontrar la verdad cósmica
“Hay que cerrar los ojos para poder ver.” G. Cerati, probablemente tomado de la sabiduría perenne.
Excelente exposición, concuerdo con todo, como toda tecnología se podría usar para el bien o para el mal, en la parte buena y con moderación en su uso puede llegar a ser una maravilla; en la parte mala esto representa un gran peligro pues dirige a la humanidad, cuando estos dispositivos estén al alcance de todo bolsillo (pues este cuesta 3500 dólares americanos), hacia una mayor virtualidad y fantasía al capricho del ego y dentro de unos mecanismos de control.
Muy interesante. Gracias