La pandemia ha provocado múltiples perturbaciones en los servicios de salud alrededor del mundo, y esto incluye al llamado primer mundo. Todos, con sus excepciones, han sido probados en su capacidad de atención y todos han colapsado. En este contexto es importante considerar los posibles efectos de la pandemia, la crisis socioeconómica subsecuente y los componentes de la dinámica demográfica, como la fecundidad, la mortalidad y su efecto en la población. Nos enfocaremos en las variables referida a la salud sexual y reproductiva.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina, Cepal, la crisis sanitaria y económica ha puesto las desigualdades socioeconómicas y de acceso “a los servicios de salud y protección social aún más en evidencia, además de traer desafíos socioeconómicos exponiendo a los grupos más vulnerables de la población a riesgos y adversidades más graves, incluso, de lo que ya experimentaban”[i]
“La pandemia ha obligado a redefinir
e, incluso, restringir lo que puede considerarse
cuidado esencial en estos tiempos de crisis.”
No cabe duda que la presencia de esta pandemia ha aumentado la mortalidad a nivel mundial, esta es una situación que afecta en forma directa a la salud sexual reproductiva en lo referido a la fecundidad, los partos y abortos, haciendo visible la situación de vulnerabilidad de la mujer, un tema que despierta particular interés, dado que este 05 de mayo se celebra el Día Internacional de la Partera, cuyo oficio es importante en la salud del niño, la madre y la familia.
Según cifras proyectadas por la UNICEF alrededor de 116 millones de bebés “nacerán bajo la sombra de la pandemia”[ii]. El sobrecargo en los sistemas de salud y la cadena de suministros médicos de todo el mundo, operan bajo una cruda realidad, bajo medidas de aislamientos y toques de queda, colapso de los sistemas sanitarios, escasez de equipos y suministros y falta de parteras cualificadas, ya que los trabajadores sanitarios, incluidas las matronas, están siendo reubicados para tratar a los pacientes con COVID-19.
En relación con las cifras de la situación del aborto en el año de pandemia la Organización Mundial de la Salud “calcula que todos los años tienen lugar 25 millones de abortos inseguros”[iii]. Estos abortos se refieren a los que se producen por personas que carecen de preparación necesaria y en condiciones precarias. En cuanto a los abortos legales, el Institute Guttmacher maneja una cifra de “73 millones de abortos por año” [iv]. Sin dejar de lado que este sigue siendo un tema polémico, ya que hay demandas específicas en varios países para solicitar la legalización del aborto.
“No se debería condicionar la prestación
de estos servicios como “parir” o “abortar”
sin dejar de considerar en forma especial,
a la población en condición de vulnerabilidad”
Los desplazamientos requeridos para acceder a la interrupción del embarazo resultan afectados por el confinamiento, a esta variable le agregamos el hecho de que la crisis ha servido de excusa para restringir el acceso al aborto “bajo la premisa de que se trata de una prestación no esencial”[i].
Ante semejante situación, se ha reivindicado que las gestiones obligatorias se puedan realizar de manera telemática y que sea posible acceder de forma segura al aborto farmacológico. Asimismo, se ha apelado a la necesidad de que la pandemia no se convierta en una excusa para vulnerar el derecho al aborto y obstaculizar su ejercicio.
En relación con el parto, numerosos autores han señalado las consecuencias negativas que las medidas derivadas de la distancia social y el confinamiento están comportando en mujeres y menores, concretamente en relación con los cuidados perinatales y la obstetricia.
Buekens Pierre del departamento epidemiológico de la Escuela de Salud Pública y Tropical de New Orleans, Estados Unidos, destaca tales efectos adversos ligados “al incremento de las depresiones posparto y otras dolencias psicológicas relacionadas, apelando también directamente a los efectos deletéreos de las restricciones vinculadas a la atención al parto y su negativo impacto psicológico para las mujeres aisladas”[vi].
“Sincerar no solo los prejuicios existentes,
si no también las incoherencias
institucionales en relación con el parto y
al aborto en las prácticas médicas”
La pandemia ha obligado a redefinir e, incluso, restringir lo que puede considerarse “cuidado esencial” en estos tiempos de crisis. En ese sentido, la atención a la salud sexual, reproductiva y puerperal se ha visto amenazada y convertida en un objetivo de debate. Por lo que tratar de establecer cuál puede ser la tendencia es obligante, ya que no se debería condicionar la prestación de estos servicios como “parir” o “abortar” sin dejar de considerar en forma especial, a la población en condición de vulnerabilidad.
Esta situación de pandemia puede servir para revisar las disposiciones que existen en las leyes, incluidos los derechos ganados de la mujer en este tema de la salud reproductiva y sexual y sincerar no solo los prejuicios existentes, sino también las incoherencias institucionales en relación con el parto y al aborto en las prácticas médicas, para no convertir al COVID-19 en una excusa que permita un ejercicio discriminatorio.
Ante situaciones tan extremas como las actuales, es necesario un sistemático y profundo monitoreo de los hechos vitales para poder enfrentar la crisis. Los esfuerzos de recolección y análisis de los datos permitirán una comprensión amplia, que permita, no tomar decisiones agresivas que dañan, además de la salud, otras áreas de la vida social, y la economía que afectaran la dinámica poblacional.
Fuentes consultadas [i] https://www.cepal.org/es/notas/dia-mundial-la-poblacion-2020-huellas-la-pandemia-tendencias-demograficas-la-region [ii] https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/mujeres-embarazadas-y-bebes-nacidos-durante-covid-19-enfrentaran-sistemas-salud-sobrecargados [iii] https://www.who.int/es/news/item/28-09-2017-worldwide-an-estimated-25-million-unsafe-abortions-occur-each-year [iv] https://www.guttmacher.org/es/fact-sheet/aborto-inducido-nivel-mundial [v] EM Guijarro · 2020 — Parto y aborto en tiempos de coronavirus: el impacto de la pandemia en los derechos sexuales y reproductivos*. Ester Massó Guijarro. Universidad de Granada [vi]https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7176390/
Excelente estudio Zully, hoy Ecuador está que arde por temas como el aborto.