Existe un sinfín de posibilidades para que cualquiera de nosotros, de manera anónima, pueda “crear contenidos”, como se denomina con frecuencia a la producción de mensajes en diferentes formatos que circulan por internet y las redes sociales. Un ejemplo es el meme, un producto que recicla, mezcla y subvierte textos e imágenes para generar mensajes que desde el humor y la sátira se refieren a temas muy diversos con intenciones también muy variadas.
El uso primero de este término se le adjudica al biólogo Richard Dawkins en 1976 en su libro “El gen egoísta”, quien desde una analogía con los fonemas y los morfemas aborda el término como subunidades o fragmentos de información que tienen la capacidad de autorreplicarse: “Ese trozo de información, el chiste o el jingle, se autorreplica porque a los humanos nos gusta compartir y repetir cosas. Cuando repetimos el chiste o cantamos el jingle, el meme se reproduce” (Kirby Conrod, lingüista)[i].
Los ejemplos que hemos normalizado abundan: son muy replicados los memes de La Gioconda, retrato de Leonardo Da Vinci, durante la pandemia del Covid 19, o los basados en la obra pictórica La Última Cena, de Miguel Ángel. También se ha hecho común la viralización de imágenes y textos que ridiculizan a personas anónimas, de diferentes edades y etnias, por su aspecto físico o su llamativa gestualidad[ii].
Así mismo, la de personajes icónicos de la política, de las artes o de la cultura de masas que son objeto de reinterpretaciones alejadas de sus cimientos: el Che Guevara, Karl Marx, Federico Nietzsche, Don Ramón y la saga Matrix, entre ellos. La espiritualidad no ha sido lejana a este fenómeno: memes de Shiva, Buda y Jesús pululan en los entornos digitales; así como referencias al yoga, a la meditación y al despertar espiritual. Incluso podemos crear nuestro meme personal.
La Inteligencia Artificial también está contribuyendo a la expansión de este fenómeno comunicativo, determinado por su carácter efímero, su viralización y la pérdida de la noción de autor. Ahora bien, algunos ven con optimismo el papel de los memes en pro de la libertad de expresión y de la democratización en la producción de mensajes y en la posibilidad de compartir problemáticas con públicos más amplios a partir de una suerte de simplificación que garantiza un mayor acceso; sin embargo, el riesgo es el fomento de la banalización del conocimiento, los discursos ofensivos y la proliferación de basura digital.
En los procesos individuales o colectivos de autoconocimiento y espiritualidad, la propagación de memes tiene una fuerte relación con formas de espiritualidad light, con estrategias de marketing que ofrecen herramientas espirituales o con burlas directas a prácticas y creencias religiosas. Las asociaciones texto/visuales que se generan con los “memes espirituales” (como pueden buscarse en internet) pueden en algunos casos referirse a tradiciones filosóficas y espirituales que exigen estudio e introspección profundos, pero terminan muchas veces trivializadas y comercializadas.
Un ejemplo de ello son las diferentes lecturas que desde los memes se hacen sobre lo que significa el despertar espiritual, en algunos casos ilustrada con un contraste entre imágenes idílicas y otras que expresan locura, dolor y desgaste físico; en otros casos se relaciona con prácticas chamánicas, inciensos, brujas y demonios. Lo mismo puede decirse de los principios que orientan algunas religiones y escuelas de desarrollo de conciencia: la banalización del karma, de la muerte, de los aprendizajes y de los guías espirituales, entre otros.
Sin embargo, sería miope considerar que estos estereotipos en torno a la espiritualidad son resultado exclusivo de los memes y de muchas otras formas relacionadas con los medios digitales – los reels, los emojis, los gifs, los stickers, entre otros-; también lo sería su no utilización bajo criterios de prohibición y censura. De hecho, la creación de empatía y de identidad desde el ingenio, la alegría y el buen humor de un meme o de cualquiera de las formas ya mencionadas, pueden aligerar y movilizar en el buen sentido el entusiasmo interno que, pese a las exigencias y dificultades, son fundamentales en el proceso individual y en la construcción de comunidad en torno al desarrollo espiritual.
[i] https://www.nytimes.com/es/2024/11/09/espanol/cultura/que-es-meme.html
[ii] https://www.infobae.com/america/peru/2021/10/19/cual-fue-el-primer-meme-del-mundo/#:~:text=Sin%20embargo%2C%20ya%20con%20la,los%20correos%20de%20aquella%20%C3%A9poca.