Adoptamos la postura adecuada sobre tierra firme para situarnos en un balance idóneo. Encendemos un llamado de luz para sostener ese impulso de ascenso en la forma de una vela. Embellecemos el elemento aire con alguna fragancia en forma de incienso que nos permita transitar la consciencia mediante el respiro. Entonamos los sonidos sagrados, haciendo vibrar las moléculas de aire, que a su vez van generando ondas que se propagan por mundos invisibles.
Sigue entonces la aplicación del criterio de acompañamiento sonoro pre establecido para la meditación, el cual respondería, en primera instancia, al propósito de la misma. A partir de tres diferentes propuestas, podríamos esbozar algunas ideas sobre cuál sería el mejor acompañamiento sonoro o musical para cada una, siempre desde la claridad del propósito y la inclinación propia del practicante.
- Meditación Guiada por el Maestro. En este tipo de meditación, el propósito es mantener la concentración (dharana), en los niveles de emanación que provienen de las palabras del Maestro, para alcanzar el estado meditativo (dhyana). Por lo tanto, el acompañamiento sonoro, no debería ser música como tal, ya que, con su reconocida riqueza, variedad, y sobre todo, por su capacidad evocativa, llevaría la atención del meditador hacia el seguimiento de las asociaciones que puedan surgir. Para seguir la guía del maestro, acompañamiento de una frecuencia Solfeggio, pareciera ser la opción sonora ideal, ya que ayuda a sostener el campo vibracional a partir de una nota musical de base que no cambia y que además está sintonizada con los circuitos de los chakras.
- Atma Vichara (autoindagación). Es el tipo de meditación que consiste en alcanzar un estado de observación pura, que permita develar la cualidad confusa de los contenidos internos, a través del seguimiento consciente de los mismo hasta su propia raíz, permitiendo que retornen a su propia fuente, y se manifiesten en su verdadera naturaleza, como conciencia pura. Se trata, en resumen, de orientar la atención desde los pensamientos en sí, hacia la fuente de la cual brotan. Podría ser el silencio en este caso, el mejor acompañamiento sonoro o musical: es decir, ninguno. El silencio como recurso, ayudaría al propósito de este tipo de meditación: desligar las asociaciones de la mente, de cualquier referente externo.
- Meditación Guiada con Música. Consiste en utilizar escuchar música especialmente seleccionada, en un estado de relajación y concentración profunda, con el fin de propiciar el desenvolvimiento de dinámicas internas. Es una forma de auto-observación que resulta de la proyección de la propia psique, de sus propios contenidos, sobre la pantalla que provee la música para este fin. En este tipo de meditación, la guía la provee la música y requiere de nuestra atención para observar qué genera en nuestro interior: imágenes, recuerdos, impresiones abstractas, comprensiones filosóficas, experiencias extraordinarias de belleza y equilibrio. Para este tipo de meditación correspondería elegir la música de acuerdo al tipo de instancia interna al cual se quiera acceder.
Estas serían algunas sugerencias de música para escuchar a manera de meditación, de acuerdo a tres diferentes áreas de contacto interno:
Exploración biográfica. Responde a la observación de contenidos psicodinámicos relacionados con la experiencia humana particularmente en los niveles de las relaciones. Música recomendada: “Sinfonía #2 en Mi menor, Op. 27: III. Adagio” por Sergei Rachmaninoff.
Duelos y tránsitos. Propone la exploración de dinámicas internas relacionadas con la sensación de pérdida y su misma superación. Música recomendada: “Adagio para Cuerdas y Órgano en Sol menor” de Tomaso Albinoni, seguida de “Ave Verum Corpus, K. 618” de Wolfgang Amadeus Mozart.
Trascendencia. Música con límites extendidos, para aventurarnos en las regiones transpersonales de la consciencia. Música recomendada: “Sinfonía # 5 en D: III. Romanza” de Ralph Vaughan Williams.
Cualquiera que sea la forma de meditación que elijamos, siempre estará presente el criterio sobre lo que se busca alcanzar. Igualmente, importante también será seguir esa inclinación propia y auténtica desde la cual nos aproximemos a la meditación: conjugación de intencionalidad, musicalidad (o no) y la propia esencia del que se dispone.
Excelentes recomendaciones musicales. Ons.
Gracias Santi. Muy agradecida con esos regalitos. Ons.