Isidore Ducasse, poeta franco-uruguayo conocido como el Conde de Lautréamont, nació en Montevideo el 4 de abril de 1846 durante la Guerra Grande. Hijo de un diplomático francés en Uruguay y huérfano de madre al año y ocho meses. A los 13 años se va a París donde estudia el liceo, y luego se va a Pau donde estudia retórica y filosofía.
Un compañero lo describe como silencioso, triste, ensimismado, con tendencia a considerarse como un ser aparte, y sus ideas y estilo eran extravagantes.
Su obra fundamental, “Los cantos de Maldoror”, evocan las épicas donde cada canto se divide en estrofas con la excepción del último que, en un quiebre de la estructura, constituye una novela. Es un condensado de violencia, crueldad, blasfemia, obscenidad, corrupción y perversión, cuyo demoníaco protagonista aborrece a Dios y a la Humanidad. Para unos el quid en Lautréamont es la irreverencia, para otros el existencialismo y otros lo consideran el germen del surrealismo.
Su obra “Poesías” (1870) muestra un cambio drástico: máximas, aforismos, apreciaciones estéticas sobre poesía y literatura, y crítica literaria: “Quiero proclamar lo bello con una lira de oro”, interpretada como el paso del mal al bien, la dicotomía y la unidad.
Su corta vida fue esencialmente un misterio. La edición parcial de “Los cantos de Maldoror” fue firmada con tres puntos y la edición completa con el pseudónimo de Conde de Lautréamont, la impresión fue de pocos ejemplares entregados a su autor, los datos biográficos son escasos y por un tiempo faltó, inclusive, un retrato del poeta. En “Poesías” escribió: “No dejaré memorias”.
Falleció en París durante la Guerra Franco-Prusiana, el 24 de noviembre 1870.