Comenzamos el mes dos con nueve, una referencialidad cinéfila hacia el género de la ciencia-ficción y la fantasía. Un estilo visual dramático representado en dibujos. Número 9 la película, reafirma que la animación también puede ser oscura y rompe el estigma de que este tipo de producciones solo son para niños. Por el contrario, “9” posee un esquema de libreto, si se quiere complejo, con planteamientos sociológicos y elementos muy simbólicos. No parece un proyecto pensado para el público más pequeño. Tiene códigos y características inusuales, especialmente la estética que recrea un mundo postapocalíptico, sombrío y taciturno con una gran carga visual y emocional para referir los efectos de la muerte y los horrores de la guerra en la psique humana.
Número 9 llegó a las salas de cine en el año 2009, basada en el cortometraje homónimo, de Shane Acker, director, guionista y animador estadounidense conocido por su labor en los efectos visuales de “El Señor de los anillos: El retorno del rey”, “La leyenda del samurái: 47 Ronin” y “Oz, un mundo de fantasía”.
La película se desarrolla en un futuro devastado por la codicia de un dictador que mal utilizó un invento originalmente pacífico. El arma, llamada “la Gran Máquina”, se volvió contra los humanos y destruyó la población mundial para convertirse en el único poder sobre la tierra. Es una especie de mundo paralelo donde la humanidad no tiene cabida. Pero el inventor de la máquina utilizó sus últimas fuerzas para crear nueve criaturas con alma y son las únicas que pueden hacer algo para preservar el futuro de la civilización.
En la dimensión postapocalíptica habita este grupo de muñecos numerados encargados de restaurar el mundo tal y como era. “9” es el guía, el responsable de la misión; “1” el veterano de guerra; “2” el anciano inventor; “5” un mecánico con mucho talento; “6” el artista visionario y “7” el valiente guerrero. Durante la misión encuentran una multitud de criaturas que podrían estar comprometidas con la desaparición y destrucción de la humanidad.
A través de su lucha contra la Gran Máquina, “9” y sus amigos –con expresiones, gestos y detalles perceptiblemente reales– muestran las contradicciones propias de los seres humanos y, plantean críticas hacia el sistema de control. Frente a esto es interesante detectar el tema de la falsa libertad de consciencia, un contexto en el cual siempre será una decisión individual elegir ser víctimas de esta dinámica social, cómplices o rebeldes.
La producción
Producida por Tim Burton y Timur Bekmambetov, y en el área de tecnología digital una parte de la creación se basó en métodos clásicos. “Los personajes se dibujaron sobre papel, se modelaron en plastilina y se diseñaron en el ordenador. Creamos toda una serie de expresiones que almacenamos en el ordenador para poder modificarlas siempre que fuera necesario”, Joe Ksander.
Julio Verne también fue una inspiración. “El mundo de Julio Verne ha influido en la estética ‘steampunk’; esta corriente celebra los mecanismos, idolatra y tiene una fe ciega en la máquina como futuro, prefiere el analógico al digital. El mundo se ha hecho pedazos, todo se ha convertido en analógico”, Shane Acker.
“El mundo de Número 9 está compuesto de residuos, de lo que ha sobrevivido, y algunos objetos son anacrónicos, pasados de moda”, dijo el realizador. “Cada miembro del grupo hace gala de lazos muy claros con el pasado y los seres humanos”.
Dada la ambientación posapocalíptica de la película, no sólo hubo que crear objetos, sino también envejecerlos, incluso destruirlos”, apuntó el director de arte Christopher Vacher.
Enlace de la película:
Fuente consultada: https://www.cinemascomics.com/concept-art-de-la-pelicula-numero-9/“Número 9”, una oscura e interesante película de ciencia ficción