James Clerk Maxwell, físico escocés, nació en Edimburgo el 13 de junio de 1831, de familia clase media acomodada. Desde los tres años mostró una curiosidad voraz sobre el funcionamiento de todo. Recibió su primera educación en casa, directamente de su madre. Su padre le inculcó el amor por la naturaleza y las ciencias.
Asistió a la Academia de Edimburgo y luego a la universidad. Sus primeros artículos (14 y 16 años) fueron presentados por terceros a la Real Sociedad, pues por su edad no le era permitido. Titulado en matemáticas, estudió física en Cambridge, asombrando con su talento. Fue profesor del Marischal College, Aberdeen (1856-1860), del King’s College, Londres (1860-1865) y más tarde dirigió el Laboratorio Cavendish (1871-1879).
A partir del trabajo de Faraday sobre electricidad y magnetismo, desarrolló sus aportes científicos más importantes: 20 ecuaciones diferenciales sobre dichas fuerzas (1861), teoría del campo electromagnético y la introducción de este concepto (1865), y el “Tratado sobre electricidad y magnetismo” (1873), demostrando su naturaleza de ondas cuyas velocidades son similares a la de la luz. Este esfuerzo constituye la “segunda unificación de la física”, el fundamento para definir la existencia de las ondas de radio y los cimientos de la relatividad especial y la mecánica cuántica.
Otras de muchas contribuciones son: determinación de la naturaleza particulada de los anillos de Saturno, la fotografía a color, la distribución Maxwell-Boltzmann, la optimización de celosías, el “demonio de Maxwell” para la teoría de la información, los reguladores de velocidad para la cibernética, las “áreas iguales” para la teoría de los fluidos, el descubrimiento del lente “ojo de pez”, la percepción del color y bases para la teoría del control.
Considerado como el científico del siglo XIX con mayor influencia en la física moderna, falleció el 5 de noviembre de 1879 en Cambridge.