“Los seres humanos no nacen para siempre el día que sus madres los alumbran: la vida los obliga
Gabriel García Márquez
a parirse a sí mismos una y otra vez, a modelarse, a transformarse, a interrogarse (a veces sin respuesta)
a preguntarse para qué diablos han llegado a la tierra y qué deben hacer en ella.”
Curiosamente, el lema nacional de Nepal dice, en una cita sánscrita atribuida al Señor Rama escrita en Devanagari: “La madre y la patria son más grandes que el cielo”. Esta relación madre-patria implica mucho simbolismo, es una metáfora de todo aquello que hace que el ser humano sea una existencia en sí mismo, con ciertos atributos y características. De hecho, cuando un individuo es forzado, por ejemplo, al exilio del lugar en donde nace, hay aspectos en la psique de ese individuo que cambian radicalmente su existencia.
El lugar de nacimiento está íntimamente relacionado a lo que conocemos como identidad, eso que nos brinda un espacio de seguridad y confort, aquello que aparece ante nosotros como lo cotidiano, lo conocido, lo familiar y lo cercano (lengua, nación, valores y cultura). El entorno nos permite la aceptación y el reconocimiento propios, al asumirnos en pertenencia a un lugar que da, a su vez, un continuo de significaciones que otorgan valor a lo experimentado.
«La identidad, en gran parte, se construye
de las interacciones sociales en la familia, los colegios
y sucesivos centros de estudios o de intercambio social,
lo que va derivando en una identidad colectiva…»
La identidad, en gran parte, se construye de las interacciones sociales en la familia, los colegios y sucesivos centros de estudios o de intercambio social, lo que va derivando en una identidad colectiva que nos entrelaza como ciudadanos pertenecientes a un lugar y ambiente específicos.
Por otro lado, en la Astrología, la posición de nacimiento, incluyendo fecha y hora, brinda una exactitud de gran importancia para el autoconocimiento, y nos permite conocer estructuras de personalidad con las que nacemos, y que determinan los futuros posibles, de acuerdo a la naturaleza de nuestras fortalezas y debilidades.
En este punto podríamos decir que nacer en una determinada área física, ciertamente tiene mucho de sincronía cósmica, así como de todo el background kármico que nos acompaña. Nos movemos y removemos en condiciones cuya orientación está determinada por el territorio que nos acoge en ese primer contacto con este plano. Y, a medida que vamos avanzando en el conocimiento propio, nos damos cuenta de la causalidad impresa en el hecho de nacer en un lugar específico. Si hurgamos un poco, hay claves en el sitio de nacimiento que invitan a rememorarse en ese continuo samsara que gira una y otra vez para permitirnos, en algún momento, saltar.
Hay quienes se están quietos toda la vida en el mismo lugar, inmutables, no solo en una vida, sino en múltiples encarnaciones, impregnándose del sitio escogido y retornando como alma una y otra vez. Hay quienes migran de un lado a otro, movidos por un interés de sacudir los pliegues de sus destinos posibles. Y, en definitiva, hay quienes, al moverse, determinan su propia transformación.
«No ser de uno, sino de muchos lugares (o de ninguno)
podría quebrar la psiquis, si se insiste en estar apegado
a un espacio territorial específico, quizás por temor
a trascender fronteras, tanto internas como externas.»
No ser de uno, sino de muchos lugares (o de ninguno) podría quebrar la psiquis, si se insiste en estar apegado a un espacio territorial específico, quizás por temor a trascender fronteras, tanto internas como externas.
También existe la posibilidad de moverse, trasladando todo aquello que sumó a la construcción de esa identidad, que podríamos en este caso más bien llamarla personalidad, y llevar consigo ese compendio de experiencia, presenciando lo vivido una vez más, con cambio de escenario, pero sin trascendencia ninguna.
La otra opción sería abrirse en conciencia para que todo “lo nuevo” pueda ser integrado, eso sí, desde el desapego, sintiendo el destierro como una oportunidad de soltar carga y saberse no limitado al vecindario terrenal más cercano. Valdría sentirse perteneciente a una localidad más amplia, esa que la Astrología nos proyecta como una ventana desde donde alguien podría estar mirándonos. El programa está allí para agitarlo y darle el efecto que exige nuestra conciencia.
Fuentes: https://steemit.com/birth/@enzolnes13/importance-of-my-birthplace-1526835438,
Foto: pexels Mohamed elamine msiouri #205059
Maaaargittt!!!, me encantó la manera de concatenar las ideas…concuerdo contigo, nuestras llegadas a otros territorios, el aprendizaje de ellos y en ellos, la forma en el cómo nos movemos, sentimos y actuamos, entendiendo que desde nuestros propios patrones y programas accionamos y reaccionamos…y como todo, la tela invisible de que nos une en las diferentes latitudes, bien sea a través de nuestra conciencia e inconciencia, siempre nos propone diferentes escenarios, diferentes actores, sin enbargo mantienen el mismo guión, saberse quien se es, nace siempre como prouesta y como propósito, no importa la latitud o longitud de este espacio, deste planeta, la confluencia energéticas de los “atrapadores”, grahas, están allí para delinear nuestra experiencia, lo que toca es saberse, y mas que saberse, sentirse. Esas experiencia, que con sabor y sensación de amarga dureza por una parte y de hermosa sutilidad por otra, confluen el objetivo único de amarse.
La eterna dualidad de estos planos, Alvaro. Gracias por leer y comentar. ¡Abrazos! Extrañamos a las pequeñas en el Vacacional. ¡Saludos por allá!
Excelente,texto, gracias.Hay razones, que la razón no comprende”. En algunas almas, el movimiento, es su VIDA.
El cambio de geografía, renueva, gira al sol, amplia horizontes, sigue el rumbo del corazón, con el latido de la tierra, memorias ancestrales permiten ese movimiento, sin herir la siquis , más bien enamorandose, renovandose en cada giro
Gracias Gracias Gracias
El movimiento es la vida. Gracias, Olga.
Margit, que hermoso texto. ha llegado justo para responder a esas dudas que acompañan la nostalgia, a miles de kilómetros del lugar de origen, el mismo que compartimos. Y como nada es casual, comprendo que eres mi mensajero. Tus palabras me fortalecen para seguir con determinación en este camino que apenas estoy andando.
Hay una de las oraciones de Shakti Ma que dice “la patria es un punto, el Todo es la Verdad”. Gracias por comentar Eudys.
La identidad de lo que somos y hacemos es importante para adaptarse a las exigencias de este sistema de vida, sin embargo, la necesidad de trascender esa identidad arraigada por el ego que domina nuestro ser, es muy importante para cambiar la vibración que impera en el planeta. Si solo esto fuera comprendido por los humanos, muchas cosas buenas ocurrirían.
Así es.
Gracias por comentar
No soy de aquí ni soy de allá como canta FacundonCabral… es para mí además de una bella canción una sencilla forma Y muy bella forma de ver la vida, Sin límites ni fronteras , solo Ser un humano más andando por la tierra de Dios !!
También me gusta el sol y las flores, como también dice Facundo en esa canción. De hecho, como la Pizarnik puedo decir “simplemente no soy de este mundo…” en el que aún habita Dios. Aquí estamos y aquí seguimos, mientras tanto.
Gracias Nany
Om Namaha Shivaya.
Muchas gracias por los correos que me envían.
Este tema en particular me gustó porque siendo venezolana decí irme a vivir fuera. Sentía que mi alma no iba a aguantar lo que se estaba viviendo en el país, sentía que no me correspondía vivir toda esa situación y menos cuando comencé a sentir lo que era la verdadera libertad y empecé a pedir un camino alternativo de vida fuera de Vzla y fue cuando se dio la posibilidad de irme a Chile y todo fluyó rápidamente. Yo venía haciendo un trabajo interno de reconocimiento de mis ancestros indígenas y de todos mis ancestros en general. Trabajé el agradecimiento a mi País y aunque parezca tonto comencé a permitirme caminar descalza en la tierra. Cuando renuncié a mi trabajo que amaba y agradecía profundamente me tomé unos días para agradecer a la ciudad de Puerto La Cruz y Lechería por haberme acogido y abrigado. Yo no salí huyendo, me fui amando más que nunca a mi tierra. Recuerdo que lloraba y pedía por Vzla y sentía un dolor inmenso en el pecho, como en el corazón y ahí comprendí que el país donde una nace duele y mucho, como si fuera un ser, incluso, entendí porque un extranjero no puede tener cargos públicos sobre todo el de Presidente de otra Nación, pues el amor a la tierra te haría subjetivo y no serías capaz de hacer o tomar una decisión que pueda hacerle daño. Fui al Amazonas, subí un Tepuy, en una comunidad indígena de manera inesperada la mujer más anciana me llamó Yajarikú, eso fue en Río Caura luego de estar 8 horas en una curiara para llegar a ese lugar. Me reconcilé de algún modo con mi tierra y me sentí una con ella y fui libre. Gracias gracias gracias
Gracias también Rossana