María Izquierdo, pintora mexicana, nació en San Juan de los Lagos, Jalisco el 30 de octubre de 1902. Vivió su infancia en Aguascalientes y Saltillo. Estudió en la Academia de San Carlos y en la Academia Nacional de Bellas Artes.
Su primera exposición individual (1929) la realizó en el Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, cuando Diego Rivera la definió como una de las “personalidades más atrayentes del panorama artístico”. Al año siguiente se convirtió en la primera pintora mexicana en exponer individualmente en el Arts Center Gallery (Nueva York) y luego en un colectivo de arte popular mexicano en el Metropolitan Museum of Art. Su obra fue exhibida también en Tokio, San Francisco, Los Ángeles, Río de Janeiro y Bombay.
Izquierdo desarrolla motivos diversos como autorretratos, retratos, paisajes, bodegones, naturaleza muerta y figuras, especialmente figuras femeninas. Entre sus piezas destacan “Retrato de Belem” (1928) y “Niñas durmiendo” (1930). Izquierdo trabaja reiterada y profundamente con la figura femenina, a la cual representa en diversos escenarios y atmósferas como retratos y maternidades, pero también pinta mujeres desnudas, arrodilladas, atadas a columnas en espacios inmateriales y atemporales, en silencio y con gestos de dolor, desesperación y melancolía, e inclusive algunas decapitadas, representando así las limitaciones y problemáticas de vida que enfrentan.
En 1945 fue invitada y contratada para realizar un mural para el tema “El progreso de la Ciudad de México”; presentó sus bocetos, así como pinturas de gran formato para demostrar sus capacidades para el trabajo, pero por detracciones de Ribera, Orozco y Alfaro Siqueiros, el contrato fue revocado.
Murió el 2 de diciembre de 1955 en Ciudad de México.