Este cuerpo se ha formado a partir del aire, el fuego, el agua, la tierra y el éter.
Son elementos sutiles que al unirse mezclándose entre ellos y hacerse densos dan lugar a este cuerpo físico.
Adi Shankara. V. 73. La Joya del discernimiento.
El tiempo siempre ha sido un misterio para la mente racional humana, y desde las más contemporáneas investigaciones en física, específicamente impulsadas por la teoría de Einstein sobre la relatividad, ha habido una inequívoca relación entre el tiempo, la materia y el movimiento. De hecho, la relatividad del tiempo se puede comprender a partir de la relatividad del reposo y el movimiento. Según esto, cada cuerpo tiene su propio tiempo, en comparación con otro cuerpo en movimiento, así como este par de opuestos (reposo-movimiento), como todos los demás, tiene su unidad interna indistinguible, siendo dos meros aspectos de una misma realidad.
Ahora bien, el cuerpo como materia constituye una forma de expresión en el mundo visible y, desde la perspectiva de Merleau-Ponty, por ejemplo, sus funciones se basan en la unidad intrínseca determinada por la percepción y la reflexión sobre sí, de cada individuo.
Este filósofo francés, fuertemente influido por Edmund Husserl y algunas veces asociado a las teorías de Sartre y Beauvoir, reconoció que el cuerpo es algo más que un objeto a ser estudiado por ciencia alguna, es más bien una condición intrínseca a la existencia. Según él, es un medio tanto de apertura perceptiva al entorno, como de la creación de ese mismo mundo. En ese sentido, el cuerpo no se presenta ante un espacio objetivo e inamovible que polariza cualquier acción o movimiento que éste pueda realizar, sino que existe en un espacio que se orienta de acuerdo con las percepciones de sí mismo.
Asimismo, el movimiento del cuerpo en el espacio constituye la unidad de los sentidos, no como un desplazamiento objetivo en el espacio, sino como proyección del movimiento en sí. Merleau-Ponty, así como muchos otros teóricos del área como Pick, Head, Piaget, establece el concepto esquema corporal como esa expresión del cuerpo en el mundo, a manera de hacerse presente, más allá de la imagen corporal que es la concepción mental del mismo.
En el campo de la neurología, el elemento visual y lo sensitivo-cutáneo son de gran importancia en la experiencia corporal, lo que constituye la imagen espacial del cuerpo o lo que se le ha llamado el conocimiento topográfico que el sujeto tiene de éste y que está localizado en una especie de mini atlas cerebral.
Esto hace del cuerpo un centro de memoria en el que, como dijo Henry Head, neurólogo inglés, sus cambiantes referencias posturales lo hacen diferente, de acuerdo al espacio que ocupa. Para este neurólogo que basó sus estudios en sí mismo, la imagen del cuerpo no es solo una sensación, sino el conocimiento de un conjunto de movimientos y posiciones del cuerpo que cambian continuamente, el modelo postural que constantemente se transforma.
Para Head, el esquema postural es el conglomerado de esa experiencia en el propio cuerpo, cada postura o movimiento se asocia a este esquema y la actividad de la corteza cerebral produce unas sensaciones que alteran a las anteriores almacenadas, dando lugar a una nueva reorganización. Del mismo modo, el modelo postural de cada cuerpo se relaciona con el modelo postural de los que interactúan alrededor, y las emociones alojadas en nuestros órganos se encuentran inseparables a lo que se determina en el esquema del que hemos venido hablando.
Entonces, el movimiento acaba siendo un factor unificador de las distintas partes del cuerpo, al hacerse centro de este conjunto de espacios heterogéneos de percepción a través de los sentidos. Podríamos decir también que el cuerpo contiene, además de la experiencia vivida a través del movimiento, la memoria de las acciones realizadas, así como el plan de acción a realizarse en los tiempos-espacios subsiguientes.
De esta manera, el cuerpo siempre está presto para cualquier movimiento y los esquemas de movimiento están potencialmente impresos en el sistema nervioso que transfiere la información a los músculos para generar la acción. De allí que el cuerpo humano sea un constructo que sustenta el saber y el hacer de un compendio de desplazamientos, donde cada uno obedece a todo un nervio, a una memoria muscular.
Más allá de las dinámicas de la física del movimiento, hay una materia que es objeto y sujeto, de acuerdo con la experimentación, y que, a pesar de haber sido blanco de ataques durante siglos, siendo el depósito de las más bajas pasiones para poder glorificar el alma, hoy día está demostrado en muchas áreas de estudio que el alma no puede alcanzar mayor logro en estos planos sin la ayuda del cuerpo, siendo esta una de las premisas de muchos sabios como es el caso del Siddha Tirumular, quien desafió todas estas teorías a través de escritos pertenecientes al Siddhantham en los que expresó: “El cuerpo es tan importante como el alma, el alma no es nada divorciada del cuerpo”.
Fuente:
Babaji y la tradición de Kriya Yoga de los dieciocho Siddhas. Govindan, Marshall. Kriya Yoga Publications. Quebec, Canadá. 1991.
https://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/psicologia/1999_n5/c_movimiento.htm
https://www.academia.edu/38094939/Maurice_Merleau_Ponty_Filosof%C3%ADa_corporalidad_y_percepci%C3%B3n_Esteban_Garcia_pdf