La familia es la base de la sociedad, lo dijo el filósofo francés Auguste Comte y se lo ha reproducido de manera absoluta. Dentro de los sucesos impactantes de estos tiempos encontramos a los “Dropbox Babies”. Se trata de un viejo ejercicio ¿inhumano? La madre abandona de forma anónima a su bebé, preferiblemente en los buzones habilitados para semejante fin en hospitales y estaciones de bomberos, como efecto del derecho institucional al aborto en EEUU.
En un mundo en el cual no detenemos la rueda del Samsara, es de esperarse ver como seguimos repitiendo patrones a lo largo de la historia; no es la primera vez que ocurre esto, en la Europa medieval era muy frecuente esta práctica denominada “ruedas de expósito”, es por esto que al infante abandonado se le llama “expósito”.
El pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés, Donald Woods Winnicott, planteaba que no hay tal cosa como un bebé, refiriéndose a que lo que sí existe es un bebé con su madre. Distingue entre la función “madre-ambiente” y “madre-objeto” de la pulsión o instinto, postulando que, en la primera, el bebé es parte de una relación y que necesita de una “madre suficientemente buena” en el inicio de su proceso de desarrollo.
La primera crisis evolutiva de una persona es el nacimiento. El bebé sale del medio intrauterino para enfrentarse al medio extrauterino, en donde los estímulos de lo físico son muy intensos 1 ¿Cuál es la consecuencia de esta separación consentida? La capacidad más importante que tiene el ser humano es la de relacionarse, la cual le permite sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearse, puesto que esta necesidad desencadena una serie de conductas que le permiten sobrevivir física y psicológicamente.2
Algunas consecuencias del abandono de menores, son las siguientes: baja autoestima, incapacidad para confiar en los demás, comportamientos agresivos, desordenados, autodestructivos y autoabusivos, pensamientos suicidas, dependencia, ansiedad, desórdenes alimenticios, angustia, histeria, hiperactividad, estrés postraumático, retraimiento, miedo de entablar relaciones o actividades, deficiencia académica, depresión, abuso de drogas o alcohol, incapacidad para mantenerse despierto o concentrarse por largos períodos. Y en la adultez, dificultades con la cercanía física, las caricias, la intimidad y la confianza.
El primer amor de una persona es aquella persona que se convierte en el centro de nuestras vidas, es nuestra madre, debemos comprender que el empezar una encarnación bajo esas consecuencias habla de las heridas con las que se viene y todo lo que eso implica en nuestro proceso evolutivo, partiendo de nuestro amor propio para llegar en negación.
Erich Fromm señaló que, si un individuo “es capaz de amar productivamente, también se ama a sí mismo; si solo ama a los demás, no puede amar en absoluto”. Por lo que amar a los demás y amarse a uno mismo van de la mano.
Siempre será necesario tener un referente, una guía para alcanzar el verdadero amor e ir expandiéndolo, un ser que actúa en amor, de esa manera, a la par con nuestra propia sanación, podremos proyectar y expandir ese amor, en contraparte, mientras no exista disolución de karma, no exista una verdadera sanación, seguiremos actuando en base al temor y la negación, en principio, a nosotros mismo.
Fuentes:
1 https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/5360/1/REY%2c%20LAURA.pdf