La exitosa historia del Viaje al centro de la tierra, se contextualiza en un mundo donde el descubrimiento científico se impone, por la década de los 1860, escrita por Jules Gabriel Verne, conocido también como Julio Verne.
Todo comienza en la Königstrasse en Hamburgo, Alemania, en el despacho de la casa del prestigioso profesor de mineralogía, Otto Lidenbrock, quien tiene mucha cultura y además es políglota. Allí vive con su sobrino Axel, su ahijada Gräuben y su criada Marta.
Lidenbrock descubre un manuscrito encriptado del siglo XVI de origen rúnico y el joven Axel, su asistente, que trabaja con él clasificando minerales y piedras, por suerte logra descifrar la pieza en código oculto. Este pergamino escrito por el alquimista islandés Arne Saknussemn, fue velado hasta ese momento y detalla el camino de cómo llegar al centro de la Tierra. Ante tal revelación Otto Lidenbrock decide emprender de inmediato el viaje con su sobrino Axel, siguiendo las indicaciones de Saknussemn, sin anunciarle a nadie en la ciudad, la justa que se proponía.
Siguiendo las indicaciones recién descubiertas, inmediatamente se dirigen a Islandia, Reikiavik donde se encuentra el volcán en calma llamado Snaefellsjökull. Allí, antes de emprender el periplo, contratan al local guía experimentado, Hans Bjelke, quien es un hombre tranquilo, silencioso e indiferente a todo lo que le rodea. Es en este momento cuando, desde la entrada al cráter, estos tres personajes empiezan verdaderamente el gran Viaje al centro del planeta. El recorrido está pleno de emocionantes sucesos, sorprendentes pericias y tragedias imprevistas.
En una balsa, construida prácticamente por Hans haciendo uso de su gran fuerza y destreza, ocurren los más impresionantes episodios, atravesando un mar subterráneo (iluminado por un fenómeno eléctrico desconocido, a manera de una especie de sol) con riberas donde crecen vegetaciones exuberantes de épocas remotas.
En el recorrido presencian creyendo era su final, el combate mortal entre un ictiosauro y un plesiosauro, pasan muy cerca de una isla de lava a temperaturas extremas y después sufren una tempestad y el naufragio, hasta llegar a una especie de playa donde descubren fósiles humanos y de un cadáver momificado de la época cuaternaria, el encuentro de un semihumano y gigantesco pastor de una manada de mastodontes.
Cuando se creían completamente perdidos, sin esperanza alguna de llegar a su objetivo, un puñal oxidado encontrado y las iniciales grabadas en una roca de Arne Saknussemn, señalan la ruta que deben continuar, pero el trayecto ha sido interrumpido. Deciden entonces derribar el obstáculo, y la explosión, esperada desde lejos sobre la balsa, desencadena un gran cataclismo, aunque siguen el camino del alquimista, son empujados por ese mar inmenso.
Después de una estrepitosa caída en los abismos que hierven y rugen, el agua eleva la balsa por un túnel vertical, desapareciendo, evaporadas por el calor, las materias eruptivas que la impelen. Y entre las accidentadas anormalidades de una erupción, los exploradores, que habían entrado en Islandia por el cráter extinto del Snaefellsjökull, son arrojados por la actividad del volcán Estrómboli, en Italia. Es así como sin haberlo imaginado, salen a la superficie de la Tierra nuevamente sin haber logrado su propósito inicial, aunque con vida y colmados de semejantes experiencias, cerca tantas veces de no haberlo podido contar.
Los caracteres de los tres personajes, psicológicamente coherentes, sus diferenciadas personalidades se equilibran y muestran al lector tres maneras de héroes con quienes podemos sentir empatía y recibir enseñanza. No es difícil para el lector despierto, contrastar este extraordinario recorrido, con el camino hacia el Ser. Las fuerzas inagotables, la tozudez de Otto Lidenbrock, las confrontaciones, las dudas, pero las resoluciones de Axel y la incondicionalidad y entereza de Hans.
Cada uno experimentó una transformación que Verne fue figurando a lo largo del viaje. Él se cerciora de plasmar sutiles, pero notables diferencias, antes de penetrar en Islandia y después de ser expelidos en Italia.
Nos muestra a los héroes en su lucha con sus propios miedos.
¿Viaje al centro de la Tierra? O ¿el viaje es a nuestro propio centro?, adentro, hacia lo interno. Sería el logro, pratyahara. Si se alcanza esto, se descubre ese mundo interno por demás prodigioso, no imaginado por la razón, pero conocido por el alma, tal como dejara Arne Saknussemn su manuscrito para ser decodificado, donde el tiempo y el espacio no existen, donde el Ser es infinito e inagotable, donde debemos ser firmes para realmente llegar a ese núcleo, a nuestro Ser, a Dios… la fuerza centrípeta nos atrae, sabemos que hacia allá debemos ir, pero el camino tiene demasiadas distracciones… olvidamos y a veces incluso salimos arrojados desde un volcán.
Fuentes consultadas:
1.- Libro Viaje al Centro de la Tierra, e-artNow, 15 de Julio 2015, ISBN: 9788026835080
2.- https://es.wikipedia.org/wiki/Creencia_en_la_Tierra_hueca
3.- https://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_XIX
Julio Verne fue un gran visionario, hombre genial que imaginó viajes imposibles en su época, tal vez tuo también la visión del viaje así mismo, es una interpretación válida e interesante ver a Verne desde un punto de vista mas filosófico y profundo