“El llamado a la excelencia es un llamado universal, ya que nadie fue creado para ser mediocre; lo que se requiere es decisión para lograrlo”[i]. Con esta frase empieza el libro “El Ser Excelente”, escrito para ayudar a cada persona a desarrollar su potencial y alcanzar la excelencia en cualquier actividad. Al igual que este, existen innumerables libros -además de artículos de revistas, charlas y hasta estudios científicos- que buscan responder una misma interrogante: ¿cómo ser los mejores en lo que hacemos? Si uno le consulta a un navegador web[ii], como se hacía con los oráculos en tiempos pasados, este pondrá en marcha su algoritmo y en 0.32 segundos nos revelará 2’200’000’000 (estas son, dos mil doscientos millones) de formas diferentes para ser buenos/muy buenos/realmente buenos/los mejores/los mejores en el mundo/los expertos en cualquier cosa que queramos.
¿De dónde viene esta necesidad que roza en la obsesión? Y ¿De qué nos ha valido? ¿Nos ha ayudado a convertirnos en la “mejor versión” de nosotros mismos?
De algo podemos estar seguros: todos los seres humanos tenemos el potencial para desarrollar nuestras habilidades hasta niveles extraordinarios, o al menos en eso coinciden algunos de los miles de millones de artículos mencionados[iii]. Respecto al cómo, los autores coinciden en que no existe una vía más expedita para mejorar en algo que la constancia en la práctica: se ha observado que se requieren hasta 10 años de práctica deliberada para alcanzar una habilidad excepcional en una determinada tarea.
Se resalta que debe ser deliberada, porque solo a través de la decisión voluntaria de repetir una acción en el tiempo, se activan “vías neuronales” que permiten que el cuerpo y la mente la ejecuten con gran precisión y sin esfuerzo[iv]. Esta cualidad, llamémosla constancia estaría incluso por encima de las características intrínsecas de cada individuo que los harían propensos a desarrollar dicha habilidad, o, en otras palabras, del talento. Se sabe bastante menos del talento, pero estudios indican que se encuentra en el único componente molecular propio e irrepetible de cada humano: el ADN[v].
Un estudio[vi] realizado en el 2009 con 1685 parejas de gemelos reveló que tanto su aptitud como su talento se ven influenciados en gran medida por factores genéticos. El estudio sugiere asimismo que los factores genéticos son decisivos en niveles sobresalientes de aptitud, sin embargo, señala que incluso personas con una genética favorable alcanzan la excelencia sólo con grandes dosis de práctica deliberada.
Entonces, queda claro que, con suficiente práctica y constancia, podemos ser excelentes en lo que nos propongamos: ¿por qué no lo somos? Dice Jiddu Krishnamurti en una de sus charlas[vii] que nuestro progreso se basa en la ambición, y esta ambición es un ejercicio de poder sobre nosotros mismos y sobre los otros. Esto, porque buscamos mejorar para sobrepasar a otros, lo que desencadena una lucha constante que nos vuelve crueles. Estas líneas, pronunciadas hace casi 70 años ¿acaso no resumen una situación muy vigente incluso hoy? Vivimos en una sociedad de mercado, donde se nos enseña que la supervivencia equivale al éxito, y que para alcanzarlo debemos competir y ser mejores que los demás, a todo costo.
En estas circunstancias ¿qué sentido tiene cultivar la habilidad? ¿Sería solamente un ejercicio desesperado de superar al resto? “Ahora vivimos condenados a una larga carrera de obstáculos personales y sentimientos de inferioridad e insuficiencia. Somos víctimas y verdugos a la vez, y nuestra libertad es una condena”[viii]. Existe gente que busca ser mejor para poder servir al resto, sin embargo, esto fácilmente puede tornarse un ejercicio de ego, donde ser necesario para otros es casi tan gratificante como ser mejor que ellos.
¿Cuál es la constante en ambos casos? Que el desarrollo del ser y sus habilidades tienen al Yo como centro. ¿Cuál sería la alternativa? Disolver nuestro Yo, nuestro ego, y colocar nuestra habilidad al desarrollo de una genuina conciencia. En el Mahabharata, una de las épicas consideradas sagradas para el pueblo de la India, hay un pasaje donde Yudhisthira, un piadoso rey, se encuentra con su padre, quien disfrazado de una criatura mitológica le hace varias preguntas sobre ética. Una de ellas es: ¿Cuál es la cosa que merece mayor alabanza? Yudhisthira responde: “La habilidad”.
Su padre es en realidad el Dharma, es decir, la personificación del deber prescrito para cada alma, que debe ser cumplido para alcanzar su liberación y sostener el orden del Universo. Este relato es, en realidad, una brillante metáfora sobre cómo la habilidad de apegarse al deber prescrito, es la cosa que merece mayor alabanza sobre la Tierra.
Desarrollar la habilidad para cumplir nuestro Dharma es, entonces, el más grande propósito de nuestra existencia, y como toda habilidad, puede ser cultivada por todos sin excepción hasta alcanzar la perfección.
Fuentes consultadas
[i] 1 Cornejo, M.A. 2011. El Ser Excelente. México: Ebooks Patagonia. p 1.
[ii] Búsqueda en el navegador web Google Chrome. Palabras claves “How to be excellent at something?”
[iii] Babauta, L. (s.f.). The Only Way to Become Amazingly Great at Something. [en línea] https://zenhabits.net/the-only-way-to-become-amazingly-great-at-something/
[iv] Restak, R. (2020). How Long Does It Take to Achieve Mastery in a Skill? [en línea] https://www.wondriumdaily.com/how-long-does-it-take-to-achieve-mastery-in-a-skill/#:~:text=According%20to%20Ericsson%2C%20you%20need,as%20the%2010%2Dyear%20rule.
[v] 10 Vinkhuyzen, A.A.E., van der Sluis, S., Posthuma, D. et al. The Heritability of Aptitude and Exceptional Talent Across Different Domains in Adolescents and Young Adults. Behav Genet 39, 380–392 (2009). https://doi.org/10.1007/s10519-009-9260-5
[vi] Íbid
[vii] 11 Krishnamurti, J. (1957). Rajghat. Talk 8. [en línea] https://kfoundation.org/quotes/#ambition-quotes
[viii] 12 Han, B.-C. (2012). La sociedad del cansancio (1. ed., 6. impr). Barcelona: Herder. p 30.
https://www.pildorasdefe.net/img/articles/oracion/como-dar-alabanzas-a-dios-oraciones-para-alabar-al-senor.jpg
Interesante. Aquí entraría el karma Yoga. Trabajar incesantemente sin desear los frutos de la acción para no apegarse a la recompensa, ya que eso crea karma. Claro es muy difícil trabajar de un modo completamente desapegado. Para así no crear ligaduras en el alma. El trabajo con el alma también se vuelve más refinado con la práctica.
Podemos perfeccionarnos en nuestros respectivos trabajos. Pero es aún más complejo. Depende de quien eres y quién decides ser
Habrá quien sea feliz siendo un heladero mediocre sin mucha habilidad, y con que le baste para comer. Pero ser muy apegado.
Otra persona puede ser excelente en lo que hace, osea su trabajo y al mismo tiempo ser una persona desapegada.
Y cuando el ser toma el control de la vida, cualquier cosa que se haga, así sea cerrar una puerta o bajar el agua del baño se percibe como perfecto. Aunque a ojos mundanos lo haya realizado con negligencia, sin habilidad.
Buen dia.
1. Te quedas sin poner el mayor nivel humano la singularidad. De hecho la frase ‘se rompio el molde con esa persona o cada alma es unica e irrepetible’
2. El tan solo referenciar a necesidad de ser desde la violencia humana (perro come perro) nos reduce a animales incapaces de trascender nuestra propia inconformidad y limitacion del desarollo personal hacia el ser cosmico geneticamente presente en cada ser. Cuya luz/sombra le lleva a sobresalir en sus actividades.
3. Que pasa cuando el ser le lleva/empuja a la persona a ser mas alla de las recompensas sociales/colectivas en cualquiera de sus formas? Cuando el estimulo/empuje ya no tiene el horizonte humano cotidiano.
4. El econtrar el puesto o rol que cada humano tiene para si mismo es tan facil como simple sea. En el caso opuesto….. Donde esta esa futil busqueda del ciirculo que no tiene forma de entrar en el cubiculo cuadrado tan de nuestros tiempos. Generando la gran inconformidad de esto no es suficiente o lo que busco.
5. Y aai podemos seguir con la lista de presiones internas que genera el ser desde su sombra/obscuridad en su imparable y constante necesidad de salir o hacerse presente consientemente.
Asi es por favor no reducir al ser a un villano social que no en su carrera de trascender la fribolidad/trivialidad del diario vivir.
El ser no necesita plantearse la destruccion externa para ser. Pero lo opuesto es muy real al interior personal.
Gracias.
Buen dia.