No importa en qué fecha nació. O, si no hay un registro oficial de su nacimiento. Marzo, unos, abril, otros. 1897. Bombay. Es todo. Y las redes sociales no son confiables. La exactitud pormenorizada de sus primeros meses de vida, es algo que aviva, como al rescate de su portal de entrada a este plano, una circunstancia suprema, ya que, dicen los más cercanos a su vida, que germinó un día de luna llena, una sincronía inmejorable con el Jayanti de Hanuman. El dios mono de Ramayana, llamado también, Maruti, y los padres del recién nacido lo honraron con el nombre de Maruti.
El niño creció bajo un odioso desamparo, en compañía de la pobreza, con las circunstancias kármicas correspondientes. Todo en completo orden. Pronto hallaría el matrimonio, los hijos, el dinero, sabía cómo hacerlo, los amigos. Una vida plena, materialmente. Vivió lo que tenía que vivir, y antes de cumplir los 30 años, lo llevaron a conocer a Sri Siddharameshwar Maharaj, este le dio un mantra e instrucciones para meditar, y de esa experimentación brotó una conciencia cósmica muy elevada, y a partir de allí renació Sri Nisargadatta Maharaj, su énfasis con la corriente advaita, y un texto imperecedero; Yo soy eso.
Charlas, encuentros, todo el enjambre de circuitos que engendra la imagen de un ser que muta a una forma de entendimientos superior, todos quieren oírlo, cómo es eso del Yo soy eso, y él dice que el buscador es el que “está en la búsqueda de sí mismo”. Y ese “Yo soy” se convirtió en una enseñanza particular, y la breve frase, en infinitas respuestas divinas, y el universo, apenas, en un reflejo de Sri Nisargadatta.
Fotoleyenda Sri Nisargadatta Maharaj (1897-1981)
Bien dicho!
La esencia de su enseñanza, a mi parecer, esta contenida en esta respuesta que o ale dio a un discípulo:
“Abandone todas las preguntas excepto una: “¿quién soy yo?”. Después de todo el único hecho del que usted está seguro es que usted es. El “yo soy” es cierto. El “yo soy esto” no. Esfuércese en encontrar lo que usted es en realidad.
Para saber lo que usted es, primero debe investigar y conocer lo que usted no es.
Descubra todo lo que usted no es -el cuerpo, los sentimientos, los pensamientos, el tiempo, el espacio, esto o eso- nada, concreto o abstracto que usted perciba puede ser usted. El acto mismo de percibir muestra que usted no es lo que usted percibe.
Cuanto más claro comprenda que en el nivel de la mente usted solo puede ser descrito en términos negativos, tanto más rápidamente llegará al final de su búsqueda y se dará cuenta de que usted es el ser sin límites”.