Toda relación, interna o externa está fundamentada en lazos energéticos, y estos continúan, incluso cuando el ser querido se va al otro plano. Estas ataduras existen entre los miembros de una familia, padres, hijos y hermanos, entre parejas, familiares y amigos. La tendencia es que esos lazos nos convierten en personas dependientes. ¿Por qué hablar de lazos energéticos? Porque estamos constituidos de energía, una sutil energía, que puede relacionarse con otros seres humanos que nos rodean.
Algunos entendidos en el tema hablan de los vínculos entre padres e hijos tal como el escritor ruso Konstantin V. Zorin, autor del libro, Los pecados de los padres y las enfermedades de los niños, nos comenta: “Los padres están conectados a sus hijos a través de lazos energéticos invisibles. Como si fueran donadores de sangre, hacen una ‘transfusión’ constante de energía espiritual. Esta interacción nunca cesa, no depende del tiempo y el espacio, no desaparece después de la muerte física de padres o hijos”.[i]
Existe en el sistema familiar una importante relación y un flujo de energía, la cual muchas veces desearíamos que fuera solamente de amor, pero sabemos que no es así. Cuando se habla de vínculos o de lazos energéticos, nos referimos a algo más que una conexión que, en el mejor de los casos, sería un vínculo de amor. Cabe recordar que los humanos somos especialmente energía, que experimentan a través de su vida en un cuerpo físico, que estamos conectados con todo y con todos, siendo el lazo con la familia y con los antepasados el nudo más fuerte.
También existen lazos entre las parejas, entre miembros de una misma comunidad, pequeña y cercana. Otros autores dan importancia a las relaciones entre individuos, pero también hablan de los vínculos energéticos con una persona, es decir con alguien, con algo o con una circunstancia. La afinidad puede ser positiva, y también puede crear lo contrario, y convertirse en un lastre, que impida el desarrollo del individuo. Es importante que cada persona se estudie, comprenda la situación que vive y que guarde lo trascendente de los vínculos.
La naturaleza de la relación puede explicar la condición de la energía que existe. Entre las personas, se puede extender este concepto a objetos materiales, también en el caso de animales, lugares, casas, etc. Cuando existe una unión de pareja, esta unidad puede seguir existiendo, aunque la relación haya terminado o después de un divorcio. La relación con consanguíneos continúa, así como con los ancestros. De acuerdo con las constelaciones familiares, tal como lo enseñara Bert Hellinger,[ii] en los órdenes del Amor existe esta importante relación en la constelación de “almas”, es decir de seres relacionados entre sí, donde fluye la energía.
Lo importante de toda esta información es la de mantener relaciones sanas, donde reine el respeto y el amor. Depende de cada individuo mantener lazos positivos o negativos en su vida, optar por lo mejor para su evolución y desarrollo espiritual en este conflictivo pero hermoso planeta.
Fuentes consultadas:
[i] https://babydailyenespanol.com/familia/lazos-energeticos-entre-padres-e-hijos-la-herencia-invisible-de-la-familia/ agosto 22 de 2022.
[ii] Bert Hellinger, Órdenes del Amor. Cursos seleccionados de Bert Hellinger. España: Herder, 2001.
Bueno,pero los lazos que no son favorables se pueden cortar,supongo. Si no, de que manera evolucionamos?
Esto es el karma””cada cual lo hacemos y entregamos con nuestros buenos y malos actos.