“La meditación otorga información valiosísima, propia”
¿Sientes que la meditación te lleva al autoconocimiento?
Definitivamente. En un primer momento, es una manera eficaz de observar mi mente, sus fluctuaciones y sus recurrencias. La mente puede llegar a ser un termómetro interno sumamente efectivo. De esta manera, en estados de Dharana (por no llamarlo Dhyana) tengo la oportunidad de observar mi mente sin la congestión de la actividad cotidiana y el plano más concreto de acción. En un plano más profundo, cuando entro en momentos más meditativos, la actividad de la mente cesa. La meditación otorga información valiosísima, propia, quién sabe si incluso podría llamar destellos del Atman manifestándose y entregando la información necesaria para el trabajo interno.
Cuando meditas ¿te conectas con qué o con quién?
Me encantaría que mí respuesta sea siempre «conmigo», y con el pasar de los años puedo decir que esta respuesta es más constante, me conecto conmigo misma en un silencio profundo. Pero no es esa la respuesta única, los momentos de meditación más valiosos para mí son aquellos que recibo la guía de mi Gurú y diría que la conexión que se puede producir es con algo más de lo que se llamaría uno mismo. Y quizá existen esos microsegundos de conexión con el Ser, mediante la conexión que genera un Ser iluminado.
¿Te ajusta más la meditación individual o colectiva?
Colectiva. Y más si es bajo la guía de Mataji. Es un evento de la sumatoria de consciencias como siempre se explica, pero a la vez tan íntimo, tan propio. Respirar al unísono en un espacio consagrado para ello crea una atmósfera inigualable.
¿Crees beneficiosa la meditación?
Cada segundo, con cada respiro. Y por supuesto no tomando un beneficio como una sumatoria o una cuenta de la que se espera un rédito. Sería una ganancia interna, difícilmente cuantificable.
¿Algunas palabras sobre lo que experimentas en tu estado meditativo?
Silencio, contentura, sosiego. El silencio de mis pensamientos. La contentura que nada tiene que ver con sentirse siempre alegre, que tan comercialmente se vende disfrazando e ignorando la ira, el pesar o el dolor. Y el sosiego que no puede estar más alejado del llamado “aliviar estrés”.
Alejandra Álvarez | SKY Ecuador